Marruecos es un país maravilloso que tiene mucho que ofrecer
pero, como digo siempre, ser marroquí en Marruecos no es nada fácil. Sólo unos
pocos gozan de todos los privilegios mientras que el resto, la inmensa mayoría,
lucha cada día por vivir de forma digna. Y si ser marroquí en Marruecos no es fácil,
ser marroquina lo es mucho menos aún.
Es cierto que, tras haber vivido en el país, he sentido que muchos aspectos de
la vida cotidiana jamás podrán cambiar si esas ganas de cambio no nacen de las propias mujeres. Y es que, como decía Simone de Beauvoir, el opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los oprimidos.
Pero, dejando a un lado una opinión que puede generar un gran debate, hoy estoy aquí para comentar un tema escandaloso sobre el que se ha hablado mucho
últimamente. Un tema sobre el que, si aún hubiera un poquito de alma y humanidad,
no deberíamos estar hablando. Una lacra que, desde ayer, ya es un poquito menos
lacra.
Amina Filali |
Os cuento. Hasta hace nada había una ley en Marruecos que decía que si un hombre violaba a una
niña o a una mujer, éste podría librarse de la cárcel siempre que ella aceptara
casarse con él. Se dejaba sobre la joven la enorme carga que esa salvajada
supone y eran muchas las que, alentadas por sus propias familias, aceptaban ese
matrimonio para ocultar la vergüenza de la violación. La sociedad marroquí es muy tradicional y, especialmente en las zonas rurales, excesivamente patriarcal. La pérdida del honor es – o era – vista como una
desgracia tanto o más grave que la propia violación y por eso, a menudo, se
prefiere guardar el honor de las jóvenes (o de su familia, mejor dicho) antes que terminar hablando de algo
así en un juzgado.
En 2012 ocurrió algo que conmocionó a gran parte de la
población marroquí; Amina Filali, una joven de 16 años que terminó casándose con
su violador, después de varios meses de convivencia con su agresor y malos tratos, se suicidó
ingiriendo veneno para ratas. No era la primera vez que ocurría algo similar,
pero ese hecho propició que muchos marroquís, indignados por lo ocurrido, salieran
a la calle para exigir que se terminara de una vez por todas con semejante
brutalidad.
En ese instante se inició una lucha muy dura, que ha durado más de dos años, con numerosas campañas organizadas y recogidas de firmas para que no vuelvan a ocurrir tragedias como las de Amina. Pero por fin se ha dado el gran paso. Un paso histórico. Ayer, 22 de Enero de 2014, por fin Marruecos decidió eliminar del Código Penal un párrafo. Un párrafo vergonzoso e inhumano que ha roto la vida de muchas jóvenes y no tan jóvenes.
Un gran paso que supone sólo un pequeño avance. Acabar con
el derecho de un criminal a librarse de la cárcel casándose con su víctima es
sólo una etapa. No basta con que en los últimos años se hayan modificado leyes que mejoran los derechos de la mujer, esas leyes hay que aplicarlas también. Y, sobre todo, no basta con cambiar el Código Penal, hay que cambiar también la
mentalidad. Es evidente que las leyes son indispensables para la lucha por los derechos pero la mentalidad de la gente es la que realmente generará el cambio. Una violación en ningún caso es culpa de la mujer, por mucho que algunos intenten hacer ver lo contrario, y el día en que eso se interiorice se dejará de ver como algo que atenta al honor. Un abuso de este tipo es algo que hay que denunciar, no algo que hay que tapar. Y mucho menos taparlo por vergüenza. Si se cambia la ley pero siguen siendo las propias familias las que, presionadas por su entorno, empujan a sus hijas a que contraigan matrimonio con sus agresores, no habremos avanzado nada.
El camino es muy largo pero, alhamdulillah,
ya se están dando los primeros pasos. Unos pasos esenciales si realmente se
quiere proteger a las mujeres y a las niñas de la violencia y la discriminación. Unos
pasos vitales para hacer que la ignorancia de los más retrógrados dejen de pagarla los de
siempre. O las de siempre, en este caso.
Buenísima reflexión y un pequeño paso para la sociedad marroquí; está muy bien que los violadores denunciados no se puedan librar ya de la cárcel, pero como bien has dicho, el gran paso llegará cuando la sociedad los demonice y denuncie, respetando por encima del honor de la familia, el de las mujeres. Estuve al tanto de otro caso no hace mucho tiempo, y la verdad es que la angustia y la impotencia de las mujeres violadas es indescriptible.
ResponderEliminarEnhorabuena por el artículo y enhorabuena a Marruecos por la aprobación de la ley.
Algún día entenderán que el deshonor no es de la mujer violada ni de su familia, sino del violador, ese es quien no tiene honor.
ResponderEliminarRecuerdo el escándalo. También recuerdo que no mucha gente acudió a la protesta del mes de marzo. Te recomiendo el documental '475: when marriage becomes punishment'. Saludos!
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