9 de noviembre de 2016

AL CALOR DEL HOGAR

Durante el tiempo que viví en Barbastro (Huesca) iba a menudo a Galdakao (Bilbao) por motivos de trabajo. Para el que no lo sepa, "ir de puesta en marcha" para un ingeniero es, básicamente, marchar a una ciudad (a veces de otro país y de otro continente) durante días, semanas, meses... a poner a punto una máquina mientras vives en un hotel y trabajas más horas de las que trabajas en tu puesto de trabajo habitual. En el peor de los casos, que era el mío, vas tú solo. Sin otros compañeros de trabajo. Zigor y Fouzia viven allí y siguen mi blog desde hace mucho tiempo. Cuando se enteraron de que estaría por la ciudad quisieron conocerme y, a mí que me gusta mucho una quedada, no pude decir que no. Los visité en varias ocasiones; me acogieron en su casa, me enseñaron zonas de Bilbao que no conocía como el famoso barrio San Francisco, cenábamos juntos... Era como si los conociera desde hacía mucho tiempo.



Una de aquellas veces, para mi desgracia, pillé una de esas gastroenteritis que hacen que pases, literalmente, toda la noche en el baño y, en vez de ir a trabajar, acabé en Urgencias. Después de subir aquella cuesta que me pareció eterna, hasta el hombre del mostrador del hospital se quedó en shock al ver mi lamentable aspecto. "Espera, espera que te traigo una silla de ruedas". Para mi sorpresa, mientras Fouzia trabajaba, Zigor vino a verme al hospital sin avisar. Y cuando salí, mientras Zigor trabajaba, Fouzia me cuidó como una madre pero teniendo mi edad. En vez de pasar mi pena sola en la habitación de un hotel de una ciudad "desconocida", la pasé con ellos. Con siestas con manta en el sofá y hasta el gato dando mimos. Con cremosos purés de calabaza, limonadas naturales, tés morunos, pastas marroquíes y bizcochos de chocolate que la rabatía hacía. En un hogar, que es donde mejor se pasan las penas. Y no solo eso sino que, cuando me fui, lo hice con tuppers de maravillosos briwat de pollo bajo el brazo. ¡Briwat de pollo caseros! ¡Briwat de pollo caseros con ese saborcillo que le dan los condimentos! Y, por si alguien aún no se había dado cuenta, a mí se me conquista por el estómago.



Y algunos aún creen que yo me levanto cada mañana con ganas de hundir Marruecos con mis superpoderes mágicos... ¡Muy, muy tonta tendría que ser para morder la mano de quien me cuida y me da tan bien de comer! <3 p="">
Zigor, Fouzia... gracias por tanto a cambio de nada.
¡Nos vemos muy pronto! :D (Inchallah)

6 de noviembre de 2016

POR ELLAS

Creo que no es la primera vez que digo que lo que más me gustó de Irán fueron sus mujeres. No he tratado con gente más rebelde en mi vida. Mujeres con las que conversamos, de tú a tú y sin muros de por medio. Mujeres que nos acogieron en su casa, sin pedirnos nada más que compañía, y con las que descubrimos lo dura que es la realidad en ciertos lugares. Eran chicas como yo, como Cris y como Eva. Más jóvenes. Con niños que ya iban al cole. El reloj biológico de otros así lo había querido para ellas. Personas con sueños, con ilusiones y con ganas de vivir. A pesar de todo. De experimentar, de descubrir y de sentir. Jóvenes que se reían con las mismas cosas que nosotras y disfrutaban como disfruta cualquier ser humano. Nos preguntaban que si nos gustaba nuestro "marido". Una de tantas preguntas que nos hacía pensar. Vacilaban con sus primas y hermanas sobre los mismos temas que vacilo yo con mi gente mientras no dejaban de hacernos preguntas sobre nuestros viajes y nos pedían que les enseñáramos fotos. Continuamente. Andaban por casa como cualquiera, descalzas, con sus leggins negros, su camiseta de manga corta y su moño mal arreglado. Pero por la calle llevan chador. "¿Cómo me va a gustar llevar esto? Es sólo que mi marido es muy celoso". Os prometo que hiela la sangre la naturalidad y normalidad con la que hacen ciertas afirmaciones. "Resignación, Carlota. ¿Qué voy a hacer?". Ni siquiera había elegido con quién casarse. Chavalas coquetas y presumidas que visten de riguroso negro y dejan aparcado el maquillaje para poder entrar a la Universidad. Aunque haya carreras, como la que yo estudié, a la que tengan prohibido el acceso. Les comentábamos que nos había llamado la atención que en el vuelo a Teherán sólo una única mujer llevara la cabeza cubierta. Con un hijab verde oscuro. Y nos miraban con cara de "¿y de qué os extrañáis?" Les obligan a ser musulmanas. O, mejor dicho, a parecerlo. Porque podrán imponer leyes y normas, pero jamás impondrán creencias. Mucho menos a un pueblo culto. Jamás.


12 FRASES CLAVE PARA RECONOCER A UN MACHISTA DE MANUAL

Que el mundo es un lugar machista parece una verdad innegable. Pero basta con salir a la calle - o entrar en cualquier red social - para darse cuenta de que hay millones de hombres y, lamentablemente, millones de mujeres que no sólo no son capaces de verlo sino que te harán creer que estás loca por hablar de ciertas evidencias. Si bien es cierto que el machismo de much@s resulta sutil, elegante y está perfectamente interiorizado, el de otros... el de otros ofende, como decía aquella, a cualquiera que tenga más sentimientos que un felpudo. Ellos solo se delatan, escupiendo esas frases míticas de todo "Machista de manual".

1. Eres una amargada. Odias a los hombres.
Para el imaginario machista, toda mujer que luche por que se le reconozcan capacidades y derechos que tradicionalmente han estado reservados sólo al colectivo masculino, es una amargada que quiere que los hombres se mueran. Además de fea y, por encima de todas las cosas, malfollada. Las dos neuronas son incapaces de elaborar una teoría más elaborada y hasta ahí pueden leer.

2. ¿Cómo voy a ser machista si quiero mucho a mi madre y a mis hermanas?
Los jefes que pagan menos a sus empleadas por ser mujeres también tienen esposas. Los dueños de discotecas que obligan a sus camareras a llevar escotes imposibles también tienen hermanas. Los violadores también tienen madre. Los responsables de mafias de trata de blancas también tienen hijas. Y así con todo.

3. Lo que pasa es que eres una envidiosa.
Siempre que haya mujeres feministas recriminando actitudes machistas a mujeres que aparecen en televisión, aparecerá el machito de turno diciendo que a ti lo que te pasa es que eres una envidiosa rabiosa. Por todos es sabido que la aspiración máxima que puede tener cualquier mujer es un buen par de tetas y un culo bien puesto.

4. Conduces muy bien para ser mujer.
Si conduces bien, tienes buena orientación, eres buena en ciencias o sabes arreglar ciertos aparatos... es porque lo haces como un hombre. Sin embargo, si lloras, eres sensible o muestras tus sentimientos eres una nenaza. Recuerda, los niños no lloran.


5. ¿Por qué no hablas de que cuando hay un divorcio ella se queda con la casa?
No falla. Cuando hablas del nuevo asesinato de una mujer a manos de su pareja, no tarda demasiado en salir el filósofo de turno recriminándote que porqué no dices que cuando un matrimonio se divorcia la casa se la queda ella. Como si existiera una relación lógica entre ambos sucesos. ¿Y por qué no hablas de los hombres maltratados psicológicamente por sus mujeres? Como si ambas luchas fueran incompatibles y/o excluyentes.

6. Yo no soy machista, cuido y protejo mucho a las mujeres.
Comos si fuéramos flores. Cuidar y proteger, esas dos palabras que pueden volverse tan peligrosas. Según la RAE, cuidar es "ocuparse de una persona que requiere de algún tipo de atención o asistencia, estando pendiente de sus necesidades y proporcionándole lo necesario para que esté bien o esté en buen estado." Si fuéramos iguales no sería la mujer la que siempre tiene que ser cuidada por un hombre. Por pura definición, nadie tiene una actitud paternalista con alguien que está a su mismo nivel.

7. Si se pone esa ropa es porque le gusta que le digan cosas.
Uga, uga, uga. El mundo gira alrededor de mi pene. Uga, uga, uga. Es curioso observar cómo aquellos a los que decir, en plena calle y entre babas, opiniones que nadie les ha pedido sobre el aspecto de una mujer son los que más se ofenden cuando otro se lo dice a su hermana, a su hija o a su mujer. Si tan maravilloso y romántico es, ¿por qué te molesta que lo hagan otros con tus chicas?

8. Hay muchas denuncias falsas de mujeres y de eso no dices nada.
Hacer de la excepción, la regla. Como bien se publicó recientemente, sólo el 0,4% de las denuncias por violencia de género hechas en España son falsas. Y, por si no te habías dado cuenta, son precisamente ese tipo de denuncias las que hacen que se dude, se desacredite y se desconfíe de las que realmente han sufrido un abuso sexual. Las que hacen que hasta jueces pregunten a las denunciantes si "¿cerró usted bien las piernas?"


9. Yo ayudo mucho a mi mujer en casa.
Como si las tareas de casa fueran, efectivamente, labor de la mujer. Y también ayudo mucho con los niños. Como si los niños fueran sólo de ella. A algunos sólo les falta añadir que mira si son buenos hombres que hasta, sentados en el sofá, levantan los pies para que su chica pueda pasar bien la fregona.

10. ¿Qué pasa? ¿Estás con la regla?
O eso o, una vez más, necesitas un buen polvo. Una de dos. Si no, no es normal que una mujer quiera ser tratada como un ser humano. No es normal.

11. Ni machismo ni feminismo, igualdad.
Basta con haber abierto un diccionario al menos una vez en la vida para saber diferenciar ciertos términos.

12. Eres una feminazi.
El termino estrella, la palabra clave presente en toda boca de un/a machista de manual. Que las mujeres queramos ser tratadas como lo que somos hace que salten todas las alarmas y ¿qué mejor opción que criminalizar su lucha para hacer que el mundo las odie? Los nazis mataron sólo en Auschwitz a casi 6 millones de personas. ¿A cuánta gente ha matado el feminismo en su historia? El machismo, sin embargo, mata cada día pero las nazis somos las que intentamos erradicarlo. Gracias a ciertas feminazis, ahora podemos votar, tener una cuenta corriente y salir de casa sin autorización de un hombre. ¿De verdad eres tan, tan, tan sumamente miserable como comparar a esas mujeres - muchas de las cuales dieron su vida para que otras tuviéramos derechos - con Hitler y compañía? ¿De verdad?