27 de abril de 2013

COMO AGUA PARA CHOCOLATE



Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño. Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma. Me gusta la gente que con su energía, contagia. Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera. Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata. Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. Me gusta la gente que busca soluciones. Me gusta la gente que tiene personalidad. Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano es intentar sacarse de la cabeza aquello que no puede salir del corazón.

Mario Benedetti

17 de abril de 2013

LO DE QUE HASTA EL PAPA CAGA SENTADO NO ES CIERTO

Cuando uno viaja a otro país uno de los elementos con lo que tiene que compartir su día a día es el baño. O el váter más concretamente. Al llegar a Marruecos algunos se sorprenden al ver que el cómodo y tradicional retrete al que estamos acostumbrados aquí no está en todas partes. Retrete que, hasta hace unos cuántos años, sólo usaba la gente de la realeza y las personas con discapacidad. Bienvenido al mundo real, amego. Hay que saber adaptarse a la realidad de cada lugar y los baños fuera de Occidente no siempre son como uno espera.


En muchos lugares de Medio Oriente, Asia y África es muy habitual encontrarse con letrinas, también conocidas como placas turcas. Mucha gente lo relaciona con algo tercermundista, y es que entender que hay vida después de la forma 'civilizada' de cagar no resulta tan fácil. ¿Pero cómo voy a hacer mis necesidades en un agujero? ¿Pero cómo me voy a tener que poner de cuclillas? ¡Imposible! ¡Pobre gente, qué atrasados son! Y tú qué ignorante. Basta con leer un poco para darse cuenta de que los beneficios son muy numerosos. Leer o probarlo una vez; cualquiera de las dos puede servir.

Yo soy fiel defensora de este tipo de baños; son tremendamente más higiénicos, limpios y sobre todo naturales. Lo único que hay que hacer es apoyar los pies, no tienes que tocar nada, no hay que estar quitando con papel (que no es lo mismo que limpiar) los regalitos del visitante anterior, la postura es mejor para el cuerpo, mancha menos y favorece muchísimo más el transito…


¿Qué desventaja tiene? En mi opinión, como europea, solo una. Que llega un día que nos lesionamos o nos hacemos mayores y cagar a gusto de esa forma seguro que es más complicado. Pero por lo demás… a mí me parecen perfectos. Es cierto que las odiseas que hemos vivido con algunas de mis compañeras de viaje han sido, cuanto menos, legendarias. Y, aunque yo siempre he sido de sentarme en esa postura (para ver la tele, para esperar… etc) sé muy bien que no es una pose a la que estemos acostumbrados en nuestro país. Pero aquí vayas donde vayas hay gente sentada de esa forma, muchos de ellos ancianos. Desde que son críos viven con ello y al llegar a ciertas edades muchas de las dificultades físicas que tenemos nosotros, aquí ni las conocen.

Este tipo de baños son muchísimo más habituales de lo que pensamos y si viajas por libre, disfrutando del país y no de los hoteles adaptados a nuestra forma de vida occidental, más vale que vayas practicando. Por lo que pueda pasar. Viajar te abre la mente y lo que al principio puede chocar luego se convierte en algo muy normal. Tanto que llegas a echarlo de menos cuando vuelves al aristocrático trono. Tanto que tras varias semanas de cuclillas, de repente tienes la oportunidad de elegir entre el inodoro tradicional y la letrina y te decantas, sin pensarlo, por la segunda...


¿Y para limpiarse? Esto bien merece una entrada aparte. Pues si tienes suerte encontrarás papel. Pero nunca des nada por hecho y menos en un país como este. Para horror de muchos, aquí se estila más ellavarse que el limpiarse con papel. (Sí, es una de las pocas leyendas urbanas que es cierta.) Puede parecer asqueroso en un principio, pero la idea de pasarse un trozo seco de papel una y otra vez hasta que quede limpio, en vez de usar agua y jabón, en Marruecos y en tantos otros lugares también les resulta tremendamente antihigénico. Y yo, siempre que la situación lo permita, defiendo el uso de agua, con la mano, la manguerilla o el a veces olvidado bidé, especialmente útil cuando eres musulmán.

¿Y para tirar de la cadena? No hay cadena. Al lado de la letrina, normalmente a mano derecha, hay un pequeño grifo con un cubo de plástico debajo. Lo rellenas, lo echas en el agujero y.. ¡voilà! Tan simple como eficaz.

16 de abril de 2013

Y QUE SU VIDA VALGA MÁS QUE LA TUYA

Pocas horas después del atentado en la línea de meta de la maratón de Boston todo el mundo recibe la noticia de que dos explosiones han provocado, hasta el momento, el fallecimiento de 3 personas y casi 150 heridos. Es obvio que todas las muertes de gente inocente son más que condenables y sucesos como este ponen de manifiesto una vez más que el mundo está loco. Pero no hay derecho a que dé la impresión que unas vidas tengan más valor que otras. Parece que ya nos hemos ‘acostumbrado’ a ver ciertas imágenes en Siria, Palestina, en Somalia… de niños muertos, de tanques por las calles, de casas totalmente destrozadas o de gente con piernas y brazos amputados tras explosiones. Y la gente es como si no sintiera nada al ver lo que ocurre en una mitad del mundo. Pero cuando, puntualmente, se ve en el otro lado saltan todas las alarmas. No es justo, joder. No es justo.


El Twitter repleto de mensajes sobre el atentado, los medios de comunicación haciéndose eco minuto a minuto de lo que está ocurriendo, miles de oraciones desde cientos de países… Es lógico; la gente se vuelca por completo ante hechos tan horribles que atentan no sólo contra la vida de las personas sino contra un sin fin de valores, de ideales y de ilusiones. Pero ya está bien de considerar que las vidas en Occidente valen más que las vidas de Oriente. ¿Por qué somos así, joder? ¿Por qué? ¿Por qué dos bombas en Boston duelen tanto y 20 en Bagdad tan poco? ¿Hay alguien ahí que pueda contestarme? La semana pasada en Afganistán murieron 11 niños y varias mujeres tras un ataque aéreo de Estados Unidos. ¿Pero qué igual da, no? En Irak llevan años lloviendo bombas, en zonas no precisamente despobladas, que llevan impreso el dibujito de la bandera con la que ahora se cubren los cadáveres tras la maratón. Y la misma maldita carnicería se repite todas las putas semanas, una tras otra. Es tan crudo como real y la falta de empatía y la increíble hipocresía que gobierna nuestras vidas es tan asquerosa como todo lo que está ocurriendo a un lado y al otro. A un lado y al otro. 

15 de abril de 2013

SÓLO HAY UNA COSA MEJOR QUE EL DINERO

Sólo hay una cosa que guste más que el dinero, y es que se note que lo tienes. En Marruecos tener algo y que el resto no lo sepa no tiene ningún sentido. La sociedad, en mayor o menor medida, es mucho de aparentar, de tener una imagen pública, de tener una buena reputación. Tenerla, pero sobre todo mantenerla. Y es que aparentar, presumir y alardear parecen ya deportes nacionales.


Es muy habitual conocer a alguien y que al poco rato de conversación ya te hayas enterado de dónde trabajan sus padres y amigos, de en qué universidad ha estudiado, de lo bien que conoce la maravillosa Costa del Sol y de cuántas casas tiene la familia en todo el territorio marroquí, siendo la de Marrakech la que más orgullo parece generar aunque no necesariamente sea la más espectacular. Todo eso sin preguntar; si encima muestras un interés especial te sorprenderás de la cantidad de detalles que no dudarán en hacerte saber.

Y es que ‘tener’ está bien, pero si encima los demás lo saben parece que tiene más gracia. ¿Te acuerdas de la típica a la que a la salida de clase iba el novio a buscarla en moto? (¿Buscarla o buscarle?) Poco tardaban todos los compañeros del instituto en enterarse de semejante acontecimiento. Y lo orgullosa que estaba ella, oye. No por el novio, claro. Sino por la moto. Pues aquí pasa un poco igual. Si el novio de la muchacha tiene moto pronto lo sabrás. Y así con todo.


Esto ocurre en todas las clases sociales, cada uno aparenta como puede, a su manera. Familias obreras gastándose auténticos pastizales en bodas por todo alto, durante varios días, para vivir después con lo mínimo. La gente de pasta no se conforma con el último BMW si encima puede tenerlo con los asientos de piel de color rojo. Los críos de las familias más humildes prefieren mil veces unas Nike Air antes que otros 7 pares de zapatillas. Porque son Nike, joder. Los más pijos del lugar van a la nueva cafetería con precios desorbitados, no sólo para Marruecos sino para el mismísimo Suecia. ¿Es el mejor sitio de la ciudad? Por supuesto que no, pero allí estará la mujer de tal o el hermano de cual. Y siempre viene bien que sepan que tú también te lo puedes permitir. Los chavales con menos recursos se van a pasar el fin de semana a una bonita ciudad cercana con el coche de uno de sus amigos que emigró a Francia y hacerse una foto con él, con las puertas abiertas, es algo más que inmediato.


En Marruecos se hacen muchas cosas de cara a la galería y a menudo no entienden que gente de Europa, de clase media allí y alta aquí, no alardee de ciertas cosas pudiéndoselo permitir. Pero es que, una vez más, la mentalidad, para bien y para mal, es muy distinta. Yo creo que a todo el mundo le gusta tener dinero, es algo lógico y normal, pero el cómo conseguirlo, cómo ahorrarlo y cómo gastarlo es lo que nos diferencia a unos de otros. El que todo el mundo por aquí, de una forma u otra, te intente impresionar es el pan de cada día y creo que ya me he acostumbrado a ello. Pero, aunque está claro que otras cosas de este país ya son parte de mí y las llevo conmigo allá donde vaya, el aparentar me parece a mí que no va a terminar de cuajar…

12 de abril de 2013

Y YO CON ESTOS PELOS

Al contrario de lo que la mayoría pueda pensar, Marruecos es un país en el que hay una gran parte de la población que sabe, como mínimo, tres idiomas. Y cuando digo saber, me refiero a dominar. De ponerse pelis sin subtítulos y esas cosas. Tengo la inmensa suerte de convivir a diario con 4 idiomas a mi alrededor (español, inglés, francés y árabe) y eso hace, sin duda, que esta experiencia esté siendo más positiva aún.

Desde hace ya varios años soy consciente de la importancia que tiene saber idiomas en un mundo como el que vivimos y tengo muy claro que a mis hijos les haré aprender, como sea, al menos dos lenguas desde que nacen. Porque es la clave del éxito. Y no hablo de éxito profesional, ni muchísimo menos. Los críos son auténticas esponjas y sin darse cuenta aprenden de una forma que cuando eres adulto, por desgracia, ya es prácticamente imposible.


Aquí cada día trato con personas que controlan varios idiomas (¡y de qué manera!). Pero lo más bestia es que algunas de ellas son niños que no tienen ni 10 años. Cuando los veo la mezcla de alegría, envidia, admiración, orgullo y frustración que siento es indescriptible. Y los muy cabrones, con su maldita capacidad, me hacen sentir mal. No mal, pero… ¡Joder! ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué hemos tenido que crecer con un sistema educativo que da pena? ¿Por qué hay tantísimos jóvenes en España que sólo saben español? ¿Por qué no se notan los 4 años estudiando francés? ¿Por qué a día de hoy todavía no puedo ver cualquier cosa en inglés sin subtítulos? ¿Por qué, por qué, por qué?

Porque la base no ha sido buena. Porque se nos ha educado fatal en esto de los idiomas. Porque cuando alguien en clase pronunciaba bien en inglés el resto se reía. Porque hacer exámenes de francés con el libro delante, paradójicamente, no ayudaba nada. Porque hemos visto mil y una series dobladas al español. Porque estamos muy jodidos en lo que a lenguas se refiere, para qué nos vamos a engañar. Y porque la mala fama, tristemente, nos la tenemos bien merecida.


Y es ahora, viviendo en el extranjero, cuando hemos despertado y nos estamos arrepintiendo de haber sido tan cafres. Pero ya está, ya nos hemos dado cuenta. Ya nos ha dado vergüenza no saber comunicarnos bien con alguien que habla un idioma que se supone que conocemos. Ya hemos asumido las enormes carencias que tenemos y ahora sólo queda avanzar y sobre todo practicar. Porque como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena, my friend.

10 de abril de 2013

A BUENAS HORAS ME ECHÁIS FLORES

(...) El caso es que tengo la sensación - al menos la sensación - de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.


Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no necesito casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.


También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo necesito eso. Casi nada. O todo.

 - Ángeles Caso, La Vanguardia

6 de abril de 2013

NOS DIJERON UN MONTÓN DE COSAS MAL

They made us believe that real love, the one that’s strong, only happens once, more likely before your 30ths. They never told us that love is not something that you can put in motion, neither has time schedule. They made us believe that each one of us is the half of an orange, and that life only makes sense when you find that other half. They did not tell us that we were born as whole, and that no-one in our lives deserve to carry on his back such responsibility of completing what is missing on us.


They made us believe in a formula “two in one”: two people sharing the same line of thinking, same ideas, and that it is what works. It’s never been told that it has another name: invalidation. Only two individuals with their own personality is how you can have a healthy relationship. It has been made to believe that marriage is an obliged institution and that fantasies out of hour should be repressed. 

They made us believe that there’s one way formula to be happy, the same one to everybody, and the ones that escape from that are condemned to be delinquents. We have never been told that those formulas go wrong, they get people frustrated, they are alienating, and that we can try other alternatives. 


Oh! Also they did not tell us that no one will tell those things to us. Each and every one of us will have to learn by ourselves. And, when we get to the point that you are in love with yourself first, that’s when you can fall in love with somebody. We live in a world where we hide to make love... although violence is practiced in broad daylight.

- John Lennon

5 de abril de 2013

BAJO EL CIELO AFRICANO

Si tuviera que quedarme con algo de Marruecos, aparte de con la comida, sería con los riads. Los miles y miles de riads que hay allá donde vayas. Esas antiguas casas rehabilitadas perdidas en las medinas de las ciudades, con un patio interior, un par de plantas con 4-8 habitaciones y una azotea donde disfrutar de la esencia del país.

Autenticas maravillas que esconden un gran esfuerzo económico, muchos trámites y papeleo y una historia personal. Historias como la de nuestra amiga Paula Cabello, una cordobesa afincada en Marrakech que tras una larga búsqueda encontró un riad que reconstruir al que llamó Riad Ziryab, muy próximo a la conocida plaza de Djemaa el-Fná. Un lugar increíble, lleno de encanto, en pleno corazón de la medina que, sin duda, merece la pena visitar.


Desde que vine por primera vez estoy enamorada de este gran país y ahora que tengo la suerte de poder disfrutarlo cada día, tengo muy claro que es aquí donde quiero hacer mi vida. En un lugar como este, con la tranquilidad y la paz que se respira, con los sonidos característicos de la medina, y los olores, y los colores, y los sabores, y el agua, y la belleza por todas partes… Como bien dice Paula, "cuando estoy aquí tengo todo lo que puedo desear, no anhelo nada." Y es que es muy fácil darse cuenta de que otra forma de vivir es posible y que se puede disfrutar de la vida de una manera especial, con esa magia que sólo los que adoramos Marruecos podemos sentir. Esa magia que invita a amar y a ser feliz. Nada más.


¡Así que ya lo sabes! Si viajas a Marrakech y aún no sabes dónde alojarte no lo dudes más, ponte en contacto con Paula y disfruta de unas vacaciones únicas e inolvidables en la ciudad roja marroquí. ¡No te arrepentirás! Anfitrionas como ella no se encuentran en cualquier sitio...

RIAD ZIRYAB

Contacto: riadziryab@hotmail.com