27 de abril de 2017

NO ES NO

Vas de noche en el metro con varias amigas. Un tío no deja de mirarte. Tu gesto se vuelve serio. Ellas se bajan en su parada y te quedas sola. El chico sigue sin apartar sus ojos de ti mientras tú miras continuamente para otro lado. No te diriges a él - ni verbal ni físicamente - pero te hace gestos para que, en vez de seguir tu camino, te bajes en su parada. Sigues pasando de él y, por fin, llegas a casa. A la mañana siguiente sales y te encuentras varias farolas y paradas de tu ciudad empapeladas con un texto en el que el hombre al que, con tu actitud, le dijiste NO, hace una perfecta descripción de lo que ocurrió la noche anterior, de tu ropa y de tu aspecto físico. Miras el móvil y ves que miles y miles de personas por todo el país te están buscando. Quieren que el hombre te encuentre. Quieren que os volváis a ver. Vuelves a casa y, al poner la televisión, ves que le están haciendo una entrevista en la que, ese tío al que no hiciste ni caso, dice que quiere encontrarte para sacarte del infierno y subirte la moral. No es la primera vez que hace algo así, le escuchas reconocer. Por si fuera poco, observas cómo la reportera y la presentadora te llaman "Julieta" y piden colaboración ciudadana para que toda la ciudad se vuelque en tu romántica búsqueda. Mientras, te llega una notificación de que empresas privadas están publicando que si apareces y te vas con ese tío, te pagan una cena. Y cientos de personas lo retwittean. Todo el mundo dándole coba. Después de una semana de lo ocurrido, tú no aún has dado señales de vida, has vuelto a decir que NO, pero la gente sigue hablando de ti. Pidiéndote que quedes con él. Cuestionando tu decisión de seguir pasando del tío y de su película.


Sólo hay dos tipos de mujeres en el mundo. Por un lado, las que han sido educadas tanto para sentirse halagadas con actitudes como la del chico y sus palmeros como para llamar exageradas a las segundas. Por otro, las que han sido educadas igual pero, al menos, han leído la definición de "acoso" y estarían deseando no volver a cruzarse con esa persona. Mucho menos estando sola. Mucho menos de noche.

25 de abril de 2017

EN BUSCA Y CAPTURA

El pasado 18 de Abril, Sergio se cruzó en el tranvía de Murcia con su amor platónico. Un flechazo, amor a primera vista. No podía apartar sus ojos de ella, cuenta. "Una preciosa historia de amor". O, al menos, eso dicen él y todos los medios que se han hecho eco de tan trascendental noticia. Aquella noche no intercambiaron palabra (porque ella no quiso) y a él no se le ocurrió una idea mejor para encontrarla que empapelar la ciudad con carteles en los que hace una perfecta descripción física de ella y de la situación en la que se "conocieron". "El Romeo murciano en busca de su Julieta". El episodio se ha hecho viral y todo un país se ha volcado con esta película de comedia romántica que de romántica no tiene nada.



Como él mismo comentó en una entrevista que le hicieron, la chica viajaba en el tranvía con sus amigas. Ellas se bajaron varias paradas antes y cuando se quedó sola, Sergio le pidió varias veces mediante gestos que se bajara con él en su parada. "Intenté que se bajara conmigo pero no tuve suerte", dice. Ella no reaccionó. No bajó. No quiso. Dijo NO. Y ahora nos tiene a todos buscándola, para que le dé una oportunidad. Para que el final sea todo lo feliz que él quiere. Programas de televisión pidiendo colaboración ciudadana y marcas de cervezas ofreciéndose incluso a pagarles una cena si llegan a encontrarse. Colaborando con la causa. Ella eligió pasar de él, irse a su casa y no bajarse del tranvía con un desconocido. Él elige que quiere encontrarla como sea. Y le apoyamos a él. Le alentamos difundiendo su película montada. La cultura del acoso le ayuda a conseguir su objetivo.

Ya ha pasado más de una semana desde aquello y la chica no ha aparecido. No ha dado señales de vida. Con su decisión, ha vuelto a decir NO. Debe estar acojonada con la empeño de nuestra sociedad en llamar romanticismo al acoso. Debe estar flipando al ver cómo se ayuda a un hombre que reconoce, literalmente, que "no es la primera vez que busca a una persona de la nada". El mismo chico que dice, y cito palabras textuales, "me enamoró su forma de ser al ser tímida en el tranvía". El mismo hombre que, sin haber intercambiado una palabra con ella y sin conocerla de absolutamente nada, admite que quiere encontrarla para "sacarla del infierno y demostrarle que es una persona cariñosa, capaz de levantarle la moral". Tan romántico que asusta.

¿Qué tal si la dejáis ya en paz?