24 de noviembre de 2013

SER NIÑA ES UN COÑAZO

O al menos, hasta hace muy poco, lo ha sido. Todos los que me conocéis sabéis que, mientras por los niños siento una devoción especial, por las niñas… Por las niñas no sé muy bien cómo definirlo. Por una vez, y sin que sirva de precedente, dejo de lado Marruecos y sus pequeñas. Porque son igual de increíbles que los críos. Las más pobres, me refiero. El resto, igual que en España, en Inglaterra y en prácticamente todos los países de Occidente son insoportables. Al menos la inmensa mayoría de ellas.

Pero parece que las cosas están cambiando. Hamdulillah. Hace poco me enteré de que hay una marca, GoldieBlox, que ha pensado en todas esas niñas que odian los juguetes de niñas. ¿NO ES GENIAL? Por fin, joder. Por fin alguien se acuerda de las que odian jugar con Barbies. Muñecas asquerosas que lo único que consiguen es atontar, con todas las letras, a las pequeñas. Y a las menos pequeñas también. ¿Por qué teníamos que jugar a vestir y desvestir a semejantes espantapájaros? ¿Por qué había que jugar con algo tan sumamente aburrido existiendo LEGO, los coches teleridigidos y los monopatines? ¿Por qué las series y las películas fomentaban tanta tontería? Y lo que es más serio aún, ¿por qué debíamos cambiar el pañal a los Nenucos y jugar después a las cocinitas?




En España las niñas todavía no son tan estúpidas, pero cuando viví en Londres pude observar cómo muchas de ellas llegan a unos límites que dan vergüenza ajena. Y miedo. Principalmente porque son sus queridos padres y amios las que las animan a ser así. 'Aaaaawwww, you are sooooo cute, my dear!' Necesito vomitar. Niñas divinas vestidas de princesa para ir de excursión con el cole, con la habitación entera de rosa, con ropa rosa, bragas rosas, calcetines rosas, guantes rosas, mochilas rosas, diademas rosas, pendientes rosas, bolis rosas, sillas rosas… Con mil y una muñecas que no aportan nada, con carritos de bebé y todos sus complementos, cajas de maquillaje, con zapatos de tacón, purpurina y coronas de plástico. Todo ello tremendamente hortera, porque los ingleses son horteras. Algunos pensaréis que exagero, pero creedme cuando digo que lo pasaba mal al ver ciertas cosas...




Puede que mi ‘rechazo’ venga de ahí, ya que nunca entendí esta educación que desde siempre se ha querido inculcar a nuestras peques en el Primer Mundo. Sé que más de una, por suerte, me acompaña en el sentimiento. Y es que ya está bien de PAVAS que quieren ser princesas y jóvenes con la creatividad a la altura de las expectativas de sus padres. Padres que, para mí, lo único que hacen es subestimar a sus hijas.

Ser princesa es un rollo, y si no que se lo pregunten a más de una...

1 comentario:

  1. Estoy completamente de acuerdo con lo que has escrito.. es una pena.. lo único que me gustaría apuntar es que la culpa no la tienen las niñas, no es que ellas sean estúpidas.. es lo que ven cada día a su alrededor y la sociedad la que les incita a ser así. Es muy difícil salirse de los estereotipos, cuando es lo que ves todos los días en la tele, en el cole, en las revistas, etc.
    Ya para terminar, me gustaría compartir algo con vosotras y vosotros. El color rosa, antes de pasar a ser "el color de las niñas", era el color relacionado con la esclavitud. Para la reflexión.

    ResponderEliminar