¡Os dejo con la entrevista sobre Marruecos que Houda El Imlahi me ha hecho para su trabajo en 2º de Bachillerato! :D
- ¿Cuáles fueron los aspectos que te llamaron la atención de Marruecos por los que decidiste ir?
Para ser honestos, llegué a Marruecos por casualidad. Con mis amigas siempre solíamos viajar al destino desconocido más barato que nos salía en el buscador de vuelos y aquel año fue a Fez. Recuerdo que no sabíamos ni ubicarlo en un mapa y, después de buscarlo en Google, nos compramos los billetes y allí fuimos.
- ¿Tu familia y amigos que pensaron cuando decidiste ir a vivir?
Cuando decidí irme a vivir a Marruecos vivía en Inglaterra. Mi familia habría preferido que me quedara allí pero mis amigos, muchos de ellos también enamorado de Marruecos, se alegraron al saber que iba a vivir en un país en el que me siento en mi salsa.
- Al llegar, ¿qué es lo primero que pensaste? ¿Es lo que te habías imaginado antes de ir o era completamente diferente?
Como comentaba, la primera ciudad a la que llegamos era a Fez. Cogimos un taxi para ir del aeropuerto a Bab Boujloud, una de las puertas principales de la medina, y recuerdo que durante ese trayecto me llamó mucho la atención el color amarillento que parecía teñirlo todo, la indumentaria de la gente y la forma de conducir. No sabía muy bien lo que me iba a encontrar así que, más que a comparar, me dedicaba a observar.
- ¿Por qué decidiste volver a Marruecos para quedarte a vivir?
Como expliqué en este post en el blog fueron un conjunto de señales las que me dijeron que tenía que irme a Marruecos. En Inglaterra no estaba bien, no estaba aprendiendo inglés, no estaba ahorrando dinero, no estaba conociendo gente que quería conocer… Me faltaba calor humano y dosis de realidad. Además, sabía perfectamente que no es lo mismo estar de vacaciones en un lugar que vivir en él y quise comprobar cómo era el día a día en el Magreb. Contacté con una familia marroquí que quería que sus hijos aprendieran español y pensé que era la mejor manera de meterme de lleno en el país, en el Marruecos que aún no conocía.
- ¿Crees que la cultura y la tradición tienen algún parecido con las de España?
Muchísimas cosas en común, especialmente con el sur de España. He comentado muchas veces que mi familia materna es extremeña y para mí viajar a Marruecos fue como viajar de nuevo al pueblo de mis abuelos, a mi infancia. A los juegos en la calle, el panadero y el frutero viniendo a gritos y en furgoneta a vender sus productos, las puertas de casa literal y metafóricamente abiertas, la comida, el clima… No sé. En Europa nunca sentí que estaba en casa, y en Marruecos es la sensación que suelo tener.
- ¿Consideras que se les da más seguridad a los turistas que a los propios habitantes del país? Si es así, ¿puedes contar alguna anécdota que te haya pasado relacionada con esto?
Totalmente. En Marruecos se cuida y protege más al turista que al local. Hay policía secreta por todas partes, especialmente en zonas turísticas. Recuerdo una tarde en Marrakech, en la zona del zoco, hubo una discusión entre un comerciante y un turista de habla inglesa. Aunque me lo puedo imaginar, no sé exactamente porqué empezó la trifulca pero, en un momento dado, el comerciante le dijo al turista, en un perfecto inglés: Fuck you! Como suele ocurrir en estos casos, de la nada aparecieron dos policías de paisano y se llevaron detenido al joven. Después supimos que había pasado dos noches en el calabozo por su atrevimiento. Mucho me temo que si la situación hubiera sido la contraria, ningún policía habría visto nada.
- ¿Qué piensas sobre la corrupción policial y el soborno? ¿Has vivido alguna situación en la que hayas tenido que sobornar, tú o algún amigo, a algún policía?
Es una de las grandes lacras del país ya que, el que se supone que tiene que velar por ti y protegerte, es el que te engaña y te estafa. Aunque queda mucho por hacer, afortunadamente cada vez se denuncian más este tipo de abusos (muchos de ellos con imágenes) y quiero creer que, aunque sólo sea porque no les pillen, más de uno empezará a pensárselo dos veces antes de abusar de su poder. Personalmente, por suerte, nunca he dado ni un solo dirham a la policía marroquí. Pero sí conozco casos, evidentemente, de amigos que han tenido que pagar al policía de turno por ir sin cinturón cuando en la moto de delante van 3 y en el coche de atrás van 7, por aparcar en un sitio en el que nadie ha pagado por aparcar, por haber sobrepasado unos límites de velocidad que el guardia, y no un radar, dice que has sobrepasado…
- En Occidente hay una cierta visión, un tanto negativa, sobre la mujer en los países musulmanes ¿Cuál fue tu experiencia como mujer? ¿Te obligaron a ponerte cierta vestimenta? ¿Piensas que las mujeres musulmanas en Marruecos corren más peligro si salen solas?
Si bien es cierto que nadie te obliga a nada, el sentido común te lleva a saber qué prendas son apropiadas y cuáles no. No creo que una musulmana corra más peligro que una no-musulmana; en Marruecos el acoso a la mujer en la calle es una evidencia y mucho me temo que ese tipo de hombres no entiende ni de religiones, ni de vestimentas, ni de respeto. No hacen distinción.
-¿Qué piensas sobre los derechos de los ricos y los pobres, según lo que viviste allí?
Hay dos Marruecos claramente diferenciados; el de los ricos y el de la mayoría. Ser marroquí y pobre en Marruecos no es nada fácil. Sin embargo, ser rico en Marruecos es, cuanto menos, maravilloso. Dictadura para uno y paraíso para otros.
-¿Fue una experiencia buena? ¿Volverías a ir? ¿Por qué?
Buena no, buenísima. Aprendí mucho, disfruté de lo lindo, comí de lujo, conocí gente maravillosa, aproveché el buen clima todo lo que pude y más… Aún no se cuándo pero sé que volveré para quedarme. Como titulé mi libro/recopilación de todos mis escritos sobre el país: “De Marruecos al cielo (Inchallah)”.
- ¿Cuáles fueron los aspectos que te llamaron la atención de Marruecos por los que decidiste ir?
Para ser honestos, llegué a Marruecos por casualidad. Con mis amigas siempre solíamos viajar al destino desconocido más barato que nos salía en el buscador de vuelos y aquel año fue a Fez. Recuerdo que no sabíamos ni ubicarlo en un mapa y, después de buscarlo en Google, nos compramos los billetes y allí fuimos.
- ¿Tu familia y amigos que pensaron cuando decidiste ir a vivir?
Cuando decidí irme a vivir a Marruecos vivía en Inglaterra. Mi familia habría preferido que me quedara allí pero mis amigos, muchos de ellos también enamorado de Marruecos, se alegraron al saber que iba a vivir en un país en el que me siento en mi salsa.
- Al llegar, ¿qué es lo primero que pensaste? ¿Es lo que te habías imaginado antes de ir o era completamente diferente?
Como comentaba, la primera ciudad a la que llegamos era a Fez. Cogimos un taxi para ir del aeropuerto a Bab Boujloud, una de las puertas principales de la medina, y recuerdo que durante ese trayecto me llamó mucho la atención el color amarillento que parecía teñirlo todo, la indumentaria de la gente y la forma de conducir. No sabía muy bien lo que me iba a encontrar así que, más que a comparar, me dedicaba a observar.
- ¿Por qué decidiste volver a Marruecos para quedarte a vivir?
Como expliqué en este post en el blog fueron un conjunto de señales las que me dijeron que tenía que irme a Marruecos. En Inglaterra no estaba bien, no estaba aprendiendo inglés, no estaba ahorrando dinero, no estaba conociendo gente que quería conocer… Me faltaba calor humano y dosis de realidad. Además, sabía perfectamente que no es lo mismo estar de vacaciones en un lugar que vivir en él y quise comprobar cómo era el día a día en el Magreb. Contacté con una familia marroquí que quería que sus hijos aprendieran español y pensé que era la mejor manera de meterme de lleno en el país, en el Marruecos que aún no conocía.
- ¿Crees que la cultura y la tradición tienen algún parecido con las de España?
Muchísimas cosas en común, especialmente con el sur de España. He comentado muchas veces que mi familia materna es extremeña y para mí viajar a Marruecos fue como viajar de nuevo al pueblo de mis abuelos, a mi infancia. A los juegos en la calle, el panadero y el frutero viniendo a gritos y en furgoneta a vender sus productos, las puertas de casa literal y metafóricamente abiertas, la comida, el clima… No sé. En Europa nunca sentí que estaba en casa, y en Marruecos es la sensación que suelo tener.
- ¿Consideras que se les da más seguridad a los turistas que a los propios habitantes del país? Si es así, ¿puedes contar alguna anécdota que te haya pasado relacionada con esto?
Totalmente. En Marruecos se cuida y protege más al turista que al local. Hay policía secreta por todas partes, especialmente en zonas turísticas. Recuerdo una tarde en Marrakech, en la zona del zoco, hubo una discusión entre un comerciante y un turista de habla inglesa. Aunque me lo puedo imaginar, no sé exactamente porqué empezó la trifulca pero, en un momento dado, el comerciante le dijo al turista, en un perfecto inglés: Fuck you! Como suele ocurrir en estos casos, de la nada aparecieron dos policías de paisano y se llevaron detenido al joven. Después supimos que había pasado dos noches en el calabozo por su atrevimiento. Mucho me temo que si la situación hubiera sido la contraria, ningún policía habría visto nada.
- ¿Qué piensas sobre la corrupción policial y el soborno? ¿Has vivido alguna situación en la que hayas tenido que sobornar, tú o algún amigo, a algún policía?
Es una de las grandes lacras del país ya que, el que se supone que tiene que velar por ti y protegerte, es el que te engaña y te estafa. Aunque queda mucho por hacer, afortunadamente cada vez se denuncian más este tipo de abusos (muchos de ellos con imágenes) y quiero creer que, aunque sólo sea porque no les pillen, más de uno empezará a pensárselo dos veces antes de abusar de su poder. Personalmente, por suerte, nunca he dado ni un solo dirham a la policía marroquí. Pero sí conozco casos, evidentemente, de amigos que han tenido que pagar al policía de turno por ir sin cinturón cuando en la moto de delante van 3 y en el coche de atrás van 7, por aparcar en un sitio en el que nadie ha pagado por aparcar, por haber sobrepasado unos límites de velocidad que el guardia, y no un radar, dice que has sobrepasado…
Si bien es cierto que nadie te obliga a nada, el sentido común te lleva a saber qué prendas son apropiadas y cuáles no. No creo que una musulmana corra más peligro que una no-musulmana; en Marruecos el acoso a la mujer en la calle es una evidencia y mucho me temo que ese tipo de hombres no entiende ni de religiones, ni de vestimentas, ni de respeto. No hacen distinción.
-¿Qué piensas sobre los derechos de los ricos y los pobres, según lo que viviste allí?
Hay dos Marruecos claramente diferenciados; el de los ricos y el de la mayoría. Ser marroquí y pobre en Marruecos no es nada fácil. Sin embargo, ser rico en Marruecos es, cuanto menos, maravilloso. Dictadura para uno y paraíso para otros.
-¿Fue una experiencia buena? ¿Volverías a ir? ¿Por qué?
Buena no, buenísima. Aprendí mucho, disfruté de lo lindo, comí de lujo, conocí gente maravillosa, aproveché el buen clima todo lo que pude y más… Aún no se cuándo pero sé que volveré para quedarme. Como titulé mi libro/recopilación de todos mis escritos sobre el país: “De Marruecos al cielo (Inchallah)”.
Me ha encantado! Mi hermana lleva casi dos años viviendo en Marruecos y me ha parecido como si fuese ella la que respondía a cada una de las preguntas. Una vez una expatriada española en Marruecos nos dijo "Lloras cuando cuando te dicen que te destinan a Marruecos, pero lloras aún más cuando te dicen que te tienes que volver". Creo que la experiencia más enriquecedora de nuestras vidas ha sido que mi hermana se tuviese que ir allí. La de ella por todo lo que está viviendo. La mía por todas las veces que voy a visitarla. En cada viaje, aprendo algo nuevo. Sin duda, un sitio realmente maravilloso.
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