31 de octubre de 2014

AÚN A RIESGO DE PARECER PRETENCIOSA...

¿Uno de mis mayores deseos? ¡Que todo lo que ha unido y une Marruecos no lo separe el hombre!



"Carlota, qué maravilla de blog. Palabras tan profundas, tan verdaderas y tan fuertes que las siento con fuerza... Gracias por ver a mi país de esta manera, por entender sus contrastes, por ser tan libre de mente que sentiste sus penas y percibiste sus alegrías. Muchas gracias, mucha suerte y que Dios te siga bendiciendo e iluminando para que sigas expresándote con tanto amor y pasión."


"Eres un ser especial. Dejas huella en cada persona que te conoce. Llena de alegría mirarte a la cara y verte sonreír desde que te levantas. Sabes que en Marruecos siempre te echaremos de menos y siempre tendrás un hueco en nuestra casa y en nuestro corazón."


"No decaigas, eres grande y llegarás lejos. Me encantas. Tu blog supone un golpe de aire fresco , una ruptura de tópicos y prejuicios que nublan las maravillas de ese hermoso país que es Marruecos."


"¡Chapeau, señorita Carlota! Llevo 14 años en España y es la primera vez que leo algo sobre Marruecos  que me emociona tanto. Un blog que cala directo al corazón.  No nos dejes nunca y sigue así, amega."


"Nunca escuché algo tan bonito de mi país de la boca de occidentales. Gracias por tanta luz."




"Preciosa página, Carlota. Sigue adelante, no sé si eres consciente de lo que estás haciendo pero resultas un oasis en medio de tanta confusión y eso es único. Arrastras con tus palabras, no te canses de tirar y si necesitas ayuda ya sabes... ¡dame un silbidito!"


"¡Realmente me has conmovido, Charlotte! Tú sí que de verdad has comprendido lo que es Marruecos. ¡Qué pocos lo consiguen! Tienes todo mi respeto."


"Sigo tu blog desde hace muchísimo tiempo y estoy convencida de que somos almas gemelas porque nuestro recorrido ha sido muy parecido. Estarás por siempre en mi corazón, Carlota. Te admiro mucho, sé que somos okhtis de distintas walidas, lo sé desde que leí tu primera entrada sobre Marruecos, hace algún tiempo. Ojalá te conozca en persona, sería genial compartir historias juntas. ¡Muchos besos! ¡Y dima Maghreb!"


"¡¡¡Brillante, brillante, brillante!!!! Eres uno de mis mejores descubrimientos del año."



Como dice la canción, por orgullo, con orgullo y con pasión. Dima, dima, dima.

30 de octubre de 2014

LA VUELTA A CASA FUE MUY DIFÍCIL

Ella es Silvia, una joven mallorquina que hace un año terminó la carrera de Maestra de Educación Física y se marchó a vivir a Tánger para realizar allí sus prácticas en esa especialidad.

"Tengo que confesar que mi decisión de irme a Tánger no fue nada meditada, simplemente estaba agobiada de la rutina y hablando con mi mejor amiga decidimos apuntarnos para ir a esta preciosa ciudad.


Como tú bien dices, Carlota, las reacciones de los demás fueron muy diversas. La peor, la de mis padres que estuvieron una semana sin hablarme porque no entendían que quisiera irme a un país musulmán. Pero aún así, emprendí esa aventura, preparada para irme un mes y medio a esa ciudad tan próxima y tan lejana a la vez. (Digo esto, porque desde donde yo vivía, veía cada día la costa española, 13 km nos separaban).

Nada más entrar en el avión ya noté que me dirigía a un lugar diferente y confieso que en el fondo tenía un poco de miedo, pero porque la gente de mi alrededor me la había creado. Afortunadamente, el año anterior unas compañeras también fueron y nos pusieron en contacto con unos amigos suyos marroquíes. No hay nada como conocer Marruecos con gente de allí. No pararon de enseñarnos sitios curiosos dónde de ninguna manera tú hubieras llegado.


Es cierto que la vida allí es muy diferente, otra cultura, otra religión, y - lo mejor - otra forma de vivir. Si algo he aprendido en Marruecos es que la prisa mata. Aquí vivimos pensando en qué vamos a hacer mañana, sin disfrutar de lo que estamos haciendo en este preciso momento. Allí aprendí a vivir pensando en el AHORA, a estar una y otra tarde tomando un té con los amigos hablando sin parar una, dos, tres y hasta cuatro horas...

La gente es Marruecos es encantadora. Es cierto que, como cualquier mujer que haya ido sola por la calle, tuve que aguantar que algunos hombres llegaran a ser muy pesados. Pero jamás he tenido ninguna experiencia desagradable. Fueron momentos concretos en los que me limité a seguir andando como si no hubiera escuchado nada...

Alucinante también cómo viven la religión. Cómo los viernes se para el mundo, y se van a la mezquita. Y lo más alucinante, cómo cuando vuelves al mundo occidental añoras ese sonido hipnotizador que suena cinco veces al día, la llamada al rezo.


Lamentablemente, el mes y medio que estuvimos allí, no nos acompaño el clima y llovió mucho. Aún así, visitamos Tetuán (una ciudad que conserva mucho de su época como colonia española), Chefchaouen (un lugar para escaparse unos días y desconectar), Assilah (con su preciosa medina y su costa Atlántica) y finalmente Marrakech (mezcla de ciudad musulmana que se ha adaptado al turismo) y el Sáhara. Para mí una de las mayores aventuras de mi vida. Ese viaje que creo que toda persona aventurera desea hacer. Coger una mochila, tren y a la aventura. Subirte en un 4x4 y ver cómo, poco a poco, te alejas de la civilización y te vas adentrando en esos pueblecitos con cuatro casas y con una mezquita para llegar finalmente al desierto. SENCILLAMENTE IMPRESIONANTE. Ver atardecer en camello, cantar con los nómadas, dormir en jaimas... Experiencias únicas que nunca se olvidan y que año tras año quieres repetir.


Para mí vivir en Marruecos ha sido una de las mejores experiencias en mi vida. Me hizo cambiar mi manera de vivir, de entender esa cultura. Aprendí a ser más tolerante y a no dejarme llevar por estereotipos. La vuelta a casa fue muy difícil; estuve una semana llorando cada día porque me costaba volver a mi vida en España, a la rutina, al estrés, al no tener tiempo para ti y para los tuyos. Y así como llegué ya estaba pensando en volver...

Por eso, aconsejo a todo el mundo que viaje y conozca Marruecos,en especial Tánger. No te lo pienses, no tengás miedo. A este lado tenemos una idea demasiado equivocada de un país tan mágico. Un país que cautiva."


Si quieres que tu historia también aparezca por aquí sólo tienes que pedirlo. Ponte en contacto conmigo e intentemos entre todos, desde nuestra experiencia personal, transmitir la realidad, buena y menos buena, de Marruecos.

19 de octubre de 2014

¿SABÍAS QUE UN MARROQUÍ AUTÉNTICO...?

- Responde siempre con una pregunta. ¿Dónde vas? ¿Y a ti qué te pasa? ¿Dónde estabas? ¿Y por qué lo quieres saber?
- Dice 'Hola, ¿cómo estás?' de 20 maneras diferentes en una sola frase.
- Cuenta el dinero en francos o reales, aunque ninguna de ellas sea la moneda que se utiliza en el país.
- Entra en pánico cuando está viendo una película con sus familiares y se acerca una escena en la que se van a besar.
- Nunca va al psicólogo, para eso tienen a los taxistas.
- Da las luces a otros conductores para avisarles de que hay un radar cerca.


Un verdadero marroquí...

- Llama Danone a todos los yogures y clínex a todos los pañuelos.
- Utiliza tres idiomas cuando habla. Salam, ça va?... mshiti, yallah, bye bye.
- ¡Mantén la calma porque a nosotros nos da igual!
- Besa a todos y cada uno de los asistentes a la fiesta.
- Comprueba la bombona de butano - si hay fugas de gas - con un mechero.
- Llama Simohammed a cualquier hombre que no conoce.
- ¡No malgastes tu tiempo o el tiempo te desgastará a ti!
- Propone 'periodos de tiempo' para quedar, nunca da una hora exacta.


Y es que un verdadero marroquí...

- Puede dar y tomar prestado cualquier cosa de sus vecinos.
- Va a la farmacia antes que al médico.
- Tiene una marca 'Made in Morocco'. La encontrarás en su brazo izquierdo... ¡la cicatriz de la vacuna!
- Le compra a sus hijos ropa grande "para cuando crezca".
- Se siente agradecido con aquel conductor que le deja pasar por un paso de cebra.
- Para el coche tres metros después del semáforo para asegurarse que será el primero en salir.



Además, dicen que un verdadero marroquí es el que admite que todas estas cosas son ciertas :)

Y como los domingos son para tomárselos con humor...

En español:
- Te quiero.
- Yo también.

En inglés:
- I love you.
- Me too.

En francés:
- Je t'aime.
- Moi aussi.

En dariya marroquí:
- Kanbghik.
- Kdaab. (Mentiroso)


NOTA: Imágenes del grupo 'Keep calm & Visit Morocco'.

18 de octubre de 2014

¡HOY ESTAMOS DE CELEBRACIÓN!

¡¡Hoy estamos de celebración!! ¡La página de Facebook de este blog - noesnadapersonal - cumple su primer añito de vida! :)  Me quedo ya sin palabras para agradeceros el apoyo, la confianza, la dedicación, la entrega, la fidelidad, el cariño, el ánimo... que me hacéis llegar. Si en un año hemos conseguido lo que hemos conseguido, imaginad todo lo que queda aún por conseguir.  Soy tan feliz con lo que hago, estoy tan orgullosa de lo que estoy consiguiendo y me siento tan en paz conmigo misma que sólo puedo decir gracias. Gracias, gracias y tres mil seiscientas veintinueve veces gracias.

¡Buenos días y buen fin de semana, familia!


15 de octubre de 2014

CÓMO RECONOCER A LEGUAS A UN MARROQUÍ POR SUS GESTOS

No hace falta que hablen. A la inmensa mayoría de los marroquíes les basta con que se muevan un poco para poder ser reconocidos. Creo que no es necesario decir que, por norma general, son tremendamente expresivos, por cultura tienden mucho al acercamiento y al contacto físico y, para comunicarse, utilizan multitud de gestos que van más allá del puro lenguaje verbal. Ahí van unos cuántos:

1. A la hora de saludarse, tras el habitual apretón de manos, se llevan la mano al pecho inconscientemente – al corazón más concretamente – en señal de respeto. Un acto reflejo que, dicho sea de paso, me flipa. Tanto que me dan ganas de abrazarles a todos.

2. Cuando piden perdón (smeheli) y quieren hacer ver que lo dicen de verdad se llevan nuevamente la mano derecha al corazón.

3. En Marruecos se recurre muy a menudo a la palabra hchouma para referirse a algo que da vergüenza. Para expresarlo, se pasan el dedo índice por la mejilla – por la misma zona en la que a otros nos salen los colores – mostrando así su desacuerdo con lo que está ocurriendo (bien porque sea injusto, porque sea vergonzoso…)


4. A las mujeres es más difícil reconocerlas así, pero a los hombres... Por sus andares, moreno. Una prueba infalible. Dime cómo andas y te diré si eres marroquí. No sabría bien cómo describirla con palabras, sólo sé que los que la conocemos la reconocemos de inmediato.

5. Cuando quieren hacer entender al interlocutor que le han visto hacer algo que no les ha gustado y que debe tener cuidado la próxima vez, se dan varios golpecitos en el lóbulo de la oreja, desde atrás hacia fuera. ¿Sabes cuando en España decimos ‘Cuidadín, ¿eh?’. Pues igual.

6. A la hora de pedir algo por favor, cuando las palabras se quedan cortas, se dan pequeños golpecitos en la boca, con la palma abierta y la boca cerrada, para dar a entender que están pidiendo algo encarecidamente. Te lo ruego, te lo suplico. 3affak. Y para dar más penita aún – gesto bastante repetido entre los niños que piden en la calle – mientras se tocan la boca, ladean un poquito la cabeza. S'il vous plaît, madame.

7. Cuando alguien habla de Dios, todo el mundo árabe en general realiza el mismo gesto. Se mira al cielo levantando los dos dedos índices.

8. Es muy habitual ver a jóvenes y mayores dar besos en la frente; a las madres y a las chicas especiales.


9. Con la mano colocada como si fueran a poner una bombilla, hacen un giro de algo más de media vuelta para expresar que no entienden algo, que necesitan una explicación. ¿El qué? ¿Qué pasa? ¿Qué quieres? ¿Qué dices? ¿Cómo? ¿Que qué? Malek? Shnu? Fin? Kifesh?

10. Cuando quieren dar a entender que alguien está loco, colocan la mano de la misma forma que antes, pero elevando el codo a la altura del hombro. La giran en varias ocasiones para expresar que determinada persona es tonta, no está bien de la cabeza, se ha vuelto loca, no sabe ni lo que dice… Hama9 para él, ham9a para ella.
  
11. Para decir poco a poco o poquito colocan la mano de una forma muy concreta. Con la palma hacia arriba, juntan los dedos y hacen un movimiento circular con la misma. Chouia chouia.

12. Por el contrario, para decir mucho utilizan el dedo pulgar. Lo colocan por debajo de la barbilla y lo mueven en repetidas ocasiones, de dentro hacia fuera. Mucha gente, está lleno, muchos coches, hay muchos… Bzzaf, bzzaf.


13. El mismo gesto repetitivo que haríamos para representar con la mano el parpadeo de una luz, es el que utilizan para decir ‘qué bonito’, ‘qué guapa’, ‘qué bueno’.

14. Especialmente los chicos jóvenes esperan en la calle de una forma muy peculiar. O bien se apoyan en una pared sólo con el hombro, cruzando los pies, o bien apoyan la planta de un pie y la espalda en la pared, con la cadera en una posición muy característica, mientras miran todo lo que pasa en la calle, sin perderse ningún detalle. Y... ¿qué me decís de esos hombres - tan masculinos ellos - sentados con las piernas cruzadas como una perfecta señorita?

15. A la hora de aplaudir cuando hay música sonando, los marroquíes no aplauden como nosotros. Lo hacen colocando las manos de la misma forma que las colocan los cristianos para rezar. Rectas, juntas, simétricas.
                                                                                        
16. Un gesto que llama mucho la atención al visitante es el de que dos hombres vayan por la calle cogidos de la mano. Lejos de tener relación con la inclinación sexual de cada uno, los marroquíes se dan la mano - o se cogen de los hombros - en señal de confianza.


17. Mi gesto preferido, sin lugar a dudas. Uno de los primeros que me llamó la atención y que creo que deberíamos adoptar YA MISMO por lo maravilloso que es. Un gesto que se suele hacer en situaciones de confianza, entre amigos, pero que surge sin problemas cuando las dos personas no se conocen demasiado. Cuando una persona dice algo gracioso, divertido, ocurrente… ofrece su mano – como la ofrecería para pedir dinero – para que la otra persona se la choque, como aceptando, agradeciendo o valorando lo que ha escuchado. Un choque relativamente suave, no como el clásico 'Choca esos cinco'. Un gesto simple y natural que expresa tal nivel de colegueo, complicidad y empatía, que yo no puedo evitar sonreír cada vez que lo presencio.

18. Aunque sé que no es puramente un gesto, no puedo pasar sin comentarlo. Sabes que alguien es marroquí cuando, al teléfono, repite infinidad de veces eso de ¿Aló? para confirmar que hay alguien al otro lado. No sé porqué extraña razón en Marruecos parece que las comunicaciones telefónicas se cortan más a menudo de lo normal y, aunque haga rato que no se escucha absolutamente nada (ni voz ni sonido alguno), todos siguen esa ley marroquí no escrita que dice que hay que repetir al menos 58746985314 veces eso de ¿Aló? - apretándose cada vez más el móvil contra la oreja - antes de dar el grandísimo paso de colgar y volver a llamar. ¿Aló? ¿Aló? ¿Aló? ¿Aló? ¡Aló!


Como extranjero... ¿qué otros gestos te llaman la atención en Marruecos? Como marroquí... ¿qué otras formas de expresarte sin palabras utilizas? 

AL RISSALA, TRADUCIDA EN ESPAÑOL

Sólo sé que siempre que he hecho la prueba los resultados han sido los mismos. En el coche, en casa, en la calle... Pones al rapero Muslim y los marroquíes presentes se callan para escuchar. Y eso supongo que será por algo, ¿no? Muslim, un hombre que da voz a millones de marroquíes y que, a los de fuera, nos ayuda a ver que las cosas no son tan diferentes en otros países.



"En el nombre de los jóvenes de este país escribo esta letra, porque la cosa está mal. Más que mal, está fatal. Desde que nacimos estamos aguantando y la paciencia se nos ha acabado. Dicen que pronto se arreglara, pero va empeorando… En nuestros rincones muriéndonos lentamente, con droga y hachís luchamos contra el paro. No trabajamos nada y nuestras vidas van a la basura. Tanto el que es analfabeto como el que no lo es, todos vamos en la misma red. Me costó encontrar trabajo porque no tengo a nadie que me pudiera enchufar. Vuelve atrás y haz la cola; sus hijos pasan primero. Si quieres trabajar coge una pala o sigue el camino de tus hermanos criminales y ladrones. Pobre gobierno, que no puede con nada. A partir de ahora no hay descanso. Encontrarnos una solución, y si no la tendremos que liar antes de que sea tarde… 

Ni el gobierno ni el ministerio quiere cambiar la situación. Por eso queremos que sintáis por una vez lo que nosotros sentimos, para que sepáis de verdad lo que es ser un luchador. Si nos revolucionamos nos llevan al cementerio. No somos animales y vosotros tampoco sois carniceros. Somos la responsabilidad y vosotros los ladrones responsables. Ya no tenemos miedo, salimos de la cueva. Ya nos dimos cuenta de vuestra palabra traicionera.


¿Cómo os sentís? Los jóvenes no saben qué hacer con su vida y están perdidos. Qué pena… Pasan años en la cárcel e inmigrando a países extranjeros. Nuestros hijos vagabundos en las calles y nuestras hijas en el mundo de la prostitución. Viven la vida de la calle y eso hizo de ellos malas personas. No queda tanto para que suene la alarma y esto es sólo una letra escrita con lágrimas… Con lágrimas y sangre de los pobres. Corren por mis venas palabras que salen del corazón. No son ofensivas, mi único arma es mi palabra. Así que no te hagas el tonto, que esto va por ti y por los otros. Y si queréis doy vuestros nombres.

Una letra escrita por jóvenes que han tocado a todas las puertas y llevan años esperando sin recibir ni una respuesta. El corazón ya está harto y nos salieron canas demasiado pronto. Sólo nos queda un futuro sin esperanza y vosotros sois los culpables. Nos habéis machacado con promesas y todo lo que hemos encontrado es niebla. No hay un camino para escaparse, sólo es un espejismo. Habéis matado nuestros sueños y los habéis guardado bajo tierra. Hermano, todos son unos mentirosos. Todos son unos timadores. Los que sembraban fruta hoy se han convertido en leñadores y el que tiraba basura ahora es basurero. Aquí el bueno no tiene cabida y el malo siempre gana. ¿Quién os creéis que sois para condenarnos a este sufrimiento? Escuchad lo que valéis, hijos de perra."


¡Mil gracias a Marwan Bella por la traducción hecha expresamente para ser publicada en este blog! :)

14 de octubre de 2014

¿SENTIDO COMÚN Y AUTOCRÍTICA? ¿DÓNDE?

Si hay algo que echo de menos cuando estoy en Marruecos es el sentido común. Es evidente que allá donde vayas éste es el menos común de los sentidos, pero cuando viajas a ciertos lugares y vives ciertas situaciones te das cuenta de que la lógica, por lo visto, es más que relativa.

Para mí no hay mayor prueba de sentido común que el cumplimiento del mandamiento universal básico: ‘dejen salir antes de entrar’. Y cuando ni eso se cumple soy capaz de perder los papeles. ¿Con esto quiero decir que no hay ningún marroquí que utilice el sentido común? Evidentemente no. Pero cuando estás en un país que no es el tuyo, especialmente cuando es diferente, te fijas en conductas y comportamientos de alguna forma generalizados. Y este, sin duda, es uno de ellos.

Dejar salir antes de entrar, por sentido común. Me cuesta muchísimo creer que algo así es aprendido y no innato. Que es algo adquirido y no auto-generado. Pero supongo que ese sentido que tanta falta hace – y que tanto se echa en falta - está íntimamente relacionado con la lógica. Y hablar de lógica sin hablar de razón parece imposible…


Y si la aparente ausencia de sentido común me desconcierta, la completa falta de autocrítica me cabrea enormemente. El pueblo marroquí, como digo siempre, es un pueblo hospitalario, cercano y amable. Un pueblo que, al igual que tantos otros, te demuestra que la mayoría de la gente que te cruzas en el camino es buena por defecto. Que es más fácil tener buenas experiencias que malas, que la mente sólo funciona si está abierta y que, al final, sólo somos lo que hemos vivido.

Un pueblo casi tan agradecido como orgulloso, que valora, premia y reconoce una actitud positiva y abierta hacia ellos. Pero que salta demasiado rápido en cuanto se siente atacado y este blog es una evidente prueba de ello. Cuando hablas de la mejor cara del país todo son elogios, buenas caras y frases maravillosas. Pero en cuanto tocas un tema delicado y, siempre desde la crítica más constructiva, comentas aspectos negativos del país la gente saca su peor cara. Algunos aún no entienden que no todas las críticas son destructivas, que ocultar ciertos asuntos no hace que dejen de existir, que no hacer nunca auto-crítica es insano y que para solucionar un problema primero hay que tener consciencia de la existencia del mismo. Y es que detectar y corregir errores sin haber pensado antes en ellos debe ser complicado.
  

Cuando hablas de cosas buenas siempre tienes razón, pero si dices cosas negativas siempre estás equivocada. Cuando comentas los aspectos más maravillosos del país es porque lo conoces muy bien, pero si comentas los más detestables es porque no tienes ni idea de lo que hablas. Desde mi experiencia, creo que es demasiado habitual que muchos marroquíes - lejos de escuchar otras maneras de pensar - se toman las críticas a su país y a su gente como algo personal. Como si no existiera una sola persona en el mundo que no les quisiera atacar. 

Criticar no necesariamente implica sentirse superior, ni creerse con la capacidad de decirle al otro lo que está bien y lo que está mal en su vida. Algunos criticamos simplemente porque nos importa lo que pasa, porque buscamos evitar el estancamiento. No porque nos guste jugar a ser Dios. Y cuando algunos ante ciertas críticas, en vez de pararse a pensar, la primera y única reacción que tienen es la de ‘pues anda que en tu país…’, ‘sí, pues los españoles…’, ‘¿y cómo estábais vosotros hace unas décadas?’ a mí me da mucha pena. Porque no hay nada en esta vida como el sentido común y la capacidad de autocrítica para hacer las cosas más fáciles. Y, al fin y al cabo, supongo que eso es lo que queremos todos, ¿no?