13 de diciembre de 2014

ENTRE IGNORANTES ANDA EL JUEGO

Me acuerdo muchas veces de aquella tarde. Volvía a España para trabajar como ingeniera después de mi estancia en Rabat. Volvía a mi país después de haber vivido la mejor experiencia de mi vida. No dejé de llorar desde que me marché de la casa en la que había residido con una familia marroquí. Recordaba todo lo vivido, toda la gente que había conocido, todo lo que había aprendido... y sólo podía hacerlo entre lágrimas.  Lágrimas de pura alegría. Lágrimas de pura tristeza. Tocaba cerrar esa etapa para empezar una nueva y nada más llegar al aeropuerto de Barajas, en Madrid, toda esa emoción que llevaba acumulada se manifestó rápido en forma de rabia...

Una  vez que los pasajeros ya teníamos nuestras maletas nos dirigíamos casi en fila india, como suele ocurrir en estos casos, hacia la salida. La inmensa mayoría eran marroquíes y, aunque aún no sé muy bien de dónde salieron, venían también dos mujeres que trabajan en el aeropuerto. No tenían pinta de ser azafatas pero iban trajeadas. Recuerdo que una de ellas me llamó especialmente la atención por la (asquerosa) manera que tenía de mascar el chicle. No dejaban de cuchichear entre ellas y de mirar a los pasajeros por encima del hombro, con esa actitud chulesca que sólo lo más ignorantes saben tener.


Después de un paseíto les perdí la pista y, cuando me disponía a entrar con mi mochila y mi maleta en uno de esos ascensores inmensos del aeropuerto, allí estaban ellas. Mascando chicle y sin parar de cuchichear. Entré, junto con otra pareja, y detrás mío venía una joven marroquí de unos 35 años, sola con sus maletas y su temido hijab. Yo estaba dentro, de cara a la puerta, y a las señoritas las tenía detrás. A mi izquierda. La chica magrebí se dispuso a entrar y la rubia teñida mascachicles, ante el atrevimiento de la joven de querer compartir un ascensor con una occidental de su categoría, dijo: 'No, esta no cabe.' Así, a bocajarro. Literal. 'Esta no cabe.' Salí de repente de la nube en la que me encontraba, recordando momentos inolvidables en Marruecos, y no pude evitar girarme. Sólo me salió decir: '¿Por qué no cabe? ¿Porque lleva un pañuelo?'. La mujer, acostumbrada a ladrar sin que nadie le recrimine nada, se quedó sorprendida y dijo: 'No, bueno... es que no queda mucho sitio...' Sin decir nada más, me hice a un lado y la joven marroquí entró en el ascensor - sin ningún problema de espacio - agachando la cabeza y sin decir ni mú. Aburrida ya, supongo, de escuchar barbaridades similares.

Pocos minutos antes la había visto en el avión, hablando entre risas - en perfecto español - con una pareja que iba sentada a su lado. Y toda esa emoción que llevaba yo encima se transformó rabia al escuchar semejante frase. Rabia por ver que a una joven se la trata mal por querer entrar en un ascensor. Rabia por saber que aquella chica entendía el idioma y tuvo que escuchar lo que la mascachicles quiso decir. Rabia porque no sólo no se vio con fuerzas para decir nada sino que agachó la cabeza y se quedó parada, como la rubia quería. Rabia porque si, con razón, la joven estalla y contesta mal, no le habría faltado tiempo a más de una para llamarle maleducada. Aparte de recalcar, claro, que "es que esta gente no se integra".


Pocos meses después, una mañana de sábado, me encontraba en Barbastro, el pueblo de Huesca en el que vivo. Una mujer de unos 60 años iba cargadísima con las bolsas de la compra y cuando se disponía a cruzar por el paso de cebra las bolsas cedieron y toda su compra acabó en el suelo. Un marroquí de unos 40 años se encontraba a su lado e, instintivamente, se agachó para ayudar a la mujer a recoger todo aquello. La señora, en cuanto lo vio, le apartó con las manos mientras repetía: 'Quita, quita.' No vaya a ser que le pegue algo. El hombre, con más cara de asombro que de otra cosa, se levantó y siguió su camino. Como si allí no hubiera pasado nada. Aburrido ya, supongo, de vivir situaciones similares. ¿Qué hubiera pasado si, con razón, le hubiera dicho a la mujer: 'Ale, ahora lo recoge usted sola, ignorante.'? Una vez más, mal educado, machista y moro de mierda hubieran sido los mejores calificativos que hubiera tenido que aguantar.

¿Qué ha hecho esa chica para tener que sentirse despreciada por querer entrar con maletas en un ascensor? ¿Por qué el hombre, sólo por haber nacido donde ha nacido, tiene que aguantar que se le trate como a un apestado? ¿Por qué algunos, en pleno siglo XXI, todavía se creen que la tierra que pisan y el aire que respiran les pertenece? ¿Cómo nos sentiríamos si fuéramos a entrar en un ascensor en Alemania, Finlandia o Noruega y alguien de allí nos dijera: 'Uy, no. Los españoles aquí no caben'? ¿O si en Holanda, Inglaterra o Australia fuéramos a ayudar a una mujer mayor y nos apartara de mala manera diciendo: 'Quita, quita, que eres español'¿Por qué si cuando nosotros vamos a otro país no queremos que, ni por asomo, se nos relacione con miles de violadores, pederastas, asesinos, terroristas y ladrones que han nacido en nuestro país pero somos los primeros en despreciar a otros sólo por ser de dónde son? ¿Por qué nos creemos con el derecho a jugar a ser Dios?

28 comentarios:

  1. Pues yo la hubiera dicho pues si no cabe te sales tu

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  2. Creo que es porque estamos invadiendo territorios ajenos y ese es el motivo principal por el cual nos tienen tanto desprecio. Por una parte, a veces me pongo a pensar, y lo entiendo pero por otra parte me parece muy ridículo. Imaginemos que todos los países tuviesen fronteras y barreras y nadie podría viajar o trabajar en otro país. Sería muy triste, un mundo en blanco y negro donde todo se repite y no hay novedades... ¡Se me ponen los pelos de punta sólo de pensarlo! Yo creo que todas esas personas que rechazan a los demás por su apariencia, su raza, su forma de vestir o por cualquier otra cosa, son muchísimo más que ignorantes y me gustaría ayudarles a salir de esa jaula. Digo 'ayudarles' porque de verdad necesitan ayuda.
    Muchas gracias Carlota por tus reflexiones y por todo lo que compartes con nosotros, eso me hace sentir que existen todavía grandes personas como tú que saben valorarlo todo y sobre todo saben valorar un país tan maravilloso como lo es Marruecos. Un saludo :)

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  3. yo estoy casada desde tiempo con un marroqui y la primera vez que viaje a marruecos me fascino la hospitalidad de la ge nte.gente que no tiene nada te da lo poco que tiene y te ofrece su casa.gente que te ayuda y te acompaña si hace falta.aqui en españa nos pensamos que somos muy liberales y muy modernos pero la sociedad es racista y clasista sobre todo.muchos españoles tendrian que aprender de esos moros de mierda como dicen ellos.

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  4. Isabel Ojeda Fernándezsábado, diciembre 13, 2014

    mencanta, maravilloso, me has emocionado, como siempre

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  5. ¡Te echamos de menos Charlotte!

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  6. Nada que añadir......

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  7. que impotencia verdad???

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  8. إكرام أزروالsábado, diciembre 13, 2014

    Creo que el motivo de callarse ( al menos desde mi punto de vista y es lo que hago) es que a lo largo de lo años uno escucha tantas, pero que tantas barbaridades de persones ignorantes como la rubia, que al final piensa que no vale la pena ni contestarles.. que hay que seguir con tu camino y dejar a los perros que sigan ladrando.. y como dicen la ignorancia es muy atrevida !

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  9. Chely Rythm 'n' Bluessábado, diciembre 13, 2014

    Hay qe posicionarse!! La justicia es universal. Di que si habibaaa!!

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  10. Bien Colorada...Eso que tu viste suele suceder con los PALETOS......Gente que nunca ha salido de su pueblo y no conoce otras culturas...Porque conocer otras culturas, como lo has hecho tú, es mas que visitar un país. En tu lugar, hubiera hecho lo mismo y, si efectivamente no cabían, como soy hombre, me hubiera bajado yo del ascensor. Saludos

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  11. Ese racismo significa que cuando llevan a un inmigrante (no sólo moro, también latino -"sudaca"- o rumano) ante el juez éste tenga ya unos prejuicios constituidos de antemano que juegan en su contra y significan que, en igualdad de condiciones, es mucho más probable que sea condenado; que cuando está detenido la policía le trate como un subhumano y las lesiones e incluso defunciones en comisaría sean harto frecuentes (cada año los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado asesinan a más personas que la ETA a lo largo de toda su historia), o que como dices la propia ciudadanía les rechace evidenciando esa xenofobia tan grande como su intolerancia.

    Afortunadamente saben que no todos los españoles somos así.

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  12. Si es lo mejor que podemos hacer con los ignorantes dejalos que sigan ladrando.!!!

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  13. Mano abierta contra mejilla en estos casos hace entrar en razón.

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  14. Este es uno de los grandes motivos por el que me quiero ir de mi propio pais...un asco la verdad...

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  15. Ese es uno de los motivos por el que yo me fuí. Y para que mi españolísimo hijo, manchego como Don Quijote, no tenga que pasar por esas cosas con personas que sólo se fijarán en su nombre y su primer apellido.

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  16. Cuantas cosas quedan aún por cambiar :(

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  17. Como siempre, Allah i3tik ssaha, Carlota dialna !!

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  18. Los buenos no se ven; los malos brillan como el sol.

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  19. Muchas gracias por esta entrada tan interesante y, sobre todo, por tu actitud tan grande en situaciones como esta

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  20. Me encanta! Verdades como casas

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  21. Que Grande eres y q verdad todo lo q escribes! Chapeau!!

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  22. Para colmo, doblemente fustigados, un musulman con dinero es un jeque y un musulman pobre es un #moro , y no puede compartir con ella ,por su pañuelo , el ascensor que le consume el oxígeno ...mdr

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  23. Miliciano Indomabledomingo, enero 11, 2015

    Que necesarias son estas reflexiones, muchos las tenemos en la cabeza, pero no somos capaces de transmitirlas como tú.

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  24. Momentos de gran tensión, más que nunca nuestro afectivo abrazo a nuestros hermanos magrebies. Bien Carlota

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  25. Eso solo se soluciona 'leyendo y viajando para conocer, no solo para fotografiar', como Carlota!!!. Shukrán!!!

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