Wadi N-Daghestani es una joven española y musulmana, residente en un país árabe, que harta de las preguntas estúpidas de los más ignorantes y de los prejuicios de los menos tolerantes quiere compartir con nosotros - desde la mayor de las ironías - la realidad de tantas mujeres que antes de ser musulmanas, son mujeres.
"Respuestas nada irónicas que se me ocurren a preguntas estúpidas que tanto se me han repetido a lo largo de mi vida sólo por ser musulmana:
- Si, soy musulmana. No, mora no. No, no es lo mismo. Que no, que mis padres son árabes. Árabes, árabes. Si, de por allá a tomar por saco, ¿Osama bin Laden? Pues por ahí.
- No, no soy inmigrante. Si, nací aquí. En España. Ya, ya, por eso no me notas acento.
- No, qué voy a estudiar yo... Me casaron con quince años. Mi padre era un extremista islámico.
- Hombre, muy ignorante no soy. Sé leer y escribir.
- No, no tengo pelo debajo de mi pañuelo. Por eso me tapo la cabeza, porque soy calva. Todas las mujeres musulmanas nacemos sin pelo por ley islámica.
- Sí, me tapo de mi marido. Y de mi padre. Y de mis hijos, mis tíos, mis hermanos y de la madre que los parió a todos ellos. Es que soy muy practicante.
- Claro que me ducho con el pañuelo en la cabeza. Y no me lo quito por nunca jamás, por eso nunca he tenido piojos.
- Sí, suelo ir a la playa con bikini y velo. Y voy marcando tendencias, oye...
- No, mis padres no me escogieron pretendiente ni me vendieron por un camello. La negociación empezó a partir de cuatro y un burro...
- No, mi marido no se va a casar con otra por ser musulmán. Se va a casar con cuatro. Es que es muy mujeriego... pero me ha dicho que yo soy su favorita. Y eso me hace tan feliz...
- Hombre, mi marido, pegarme lo que es pegarme, no. Como mucho un par de hostias al día, oye. Pero cuida que yo no soy ninguna santa, ¿eh?.
- No, no bebo alcohol ni como cerdo. Sí, sí, ya sé que no sé lo que me pierdo. Algún día lo superaré. Deja de regocijarte en mi miseria, capullo.
- Claro que no puedo bajar a la calle sola, ni pasear, ni salir con amigas, ni leer, ni realizarme, ni tener vida social, ni hablar con extraños, ni ir al cine, ni estudiar, ni divertirme, ni viajar... qué carajo. Eso es pecado en mi religión.
- Soñar y pintarse las uñas de los pies también está prohibido.
- Sí, mi marido me encierra con llave en casa todos los días. Sigue la tradición de lo que mi padre hacía con mi madre. Es muy protector y celoso. No tengo vida más allá de él, ni la quiero. Él es mi mundo y yo estoy a sus pies...
- Nunca le llevo la contraria a ningún hombre musulmán, ¿estás loco? Podría acabar lapidada.
- ¿Trabajar fuera de casa? No, hombre, no... El lugar de la mujer está en la cocina.
- En mi religión, los hombres mandan de toda la vida de Dios. Ellos son superiores por decreto divino y saben más, mucho más, a dónde vamos a parar. Dios los hizo amos del universo y mucho más inteligentes. Tienen más derechos que nosotras, pero porque nosotras somos el sexo débil. Se lo debemos todo a ellos. Nos obligan a taparnos, nos someten día y noche y toman todas las decisiones en nuestras vidas... Además, todo eso lo hacen por nuestro bien.
- No, no soy sumisa. Yo decido qué voy a cocinar todos los días.
- Mi vecino también se deja barba, y reza cinco veces al día. Es un radical islamista. De Al-Qaeda o ISIS, por lo menos.
- Hombre, las bombas al cuerpo me las pongo sólo en ocasiones especiales. El resto del tiempo, suelo ser muy normal.
- Claro que sí. Según la yihad islámica, matar a inocentes es justificable. Y cuanto más inocentes, más niños, más mujeres y más yankis, mejor. Ese el espíritu del Islam.
- No, en Ramadán ni como ni bebo desde el alba hasta la puesta del sol. Yo tampoco entiendo cómo sigo viva. Mil gracias por preocuparte por mi salud, y que la resaca te sea leve.
(...)
Que hay retrógados y musulmachos en las sociedades árabes, es evidente. Por desgracia, la in-cultura patriarcal está en todas partes. No quiero hablar del terrorismo machista eurocentrista y sus víctimas en los países occidentales, ni de porcentajes de "afectadas" aquí y allá... Me parece cínico hablar de cifras. Parto de la base de que si tocan a una, nos tocan a todas. Sin embargo, éste no es el tema a tratar ahora, ni estoy aquí para atacar a nadie. Escribo esto para defender nuestra integridad como mujeres musulmanas, prostituida hasta el asfixio y expropiada de su realidad. Una realidad que nos pertenece a nosotras, no a la CNN, la BBC, pelis made in Hollywood o series rodadas en Ceuta con un alto contenido en islamofobia.
Que hay mujeres sometidas, ignorantes y oprimidas en el mundo árabe es evidente. En realidad, por desgracia, las hay también en todas partes. La sutil diferencia es que en todas las sociedades del mundo este horror se asocia a personalidades con trastornos de inseguridad, de ciertas clases sociales, que no han tenido acceso a una educación que promueva su emancipación, o que han vivido en el seno de familias y sociedades de estructura patriarcal. En definitiva, a la falta de medios y de cultura.
En todas las sociedades, se asume la des-educación como el motivo principal de la sumisión de las mujeres. En todas, menos en los países árabes... donde "desde aquí" "se asume" que la opresión "se asocia" al Islam. ¿A qué estamos jugando? Desprestigiar sin base y catalogar con ignorancia acaba teniendo un precio que pagamos todos. También aquí, cuando se acaban radicalizando personas que han sido fruto de la marginación o la exclusión social por pertenecer a un colectivo determinado. Para nada justifico los extremismos, hay que combatirlos de forma tajante; pero es cierto que alimentarlos con odio no es precisamente la manera más inteligente de tratar con ellos. Y darles un clavo ardiente a lo que agarrarse para que se incendien, tampoco.
Si además se fomenta la islamofobia a base de estereotipos insanos, falsos desde su raíz, y un despotismo enfermo de ceguera moral, no esperemos cosechar nada bueno. Si no aparcamos los prejuicios y construimos en lugar de destruir y fomentar el odio, nos espera un futuro incierto y para nada esperanzador. Si leyéramos más, contrastáramos más la información y la sometiéramos a un filtro de autocrítica antes de difundirla o simplemente creérnosla, no viviríamos en sociedades tan alienadas y estereotipadas. Porque la ignorancia no tiene fronteras. Y los prejuicios, tampoco. Hoy nosotras tomamos la palabra... que bastante hemos callado ya."
"Respuestas nada irónicas que se me ocurren a preguntas estúpidas que tanto se me han repetido a lo largo de mi vida sólo por ser musulmana:
- Si, soy musulmana. No, mora no. No, no es lo mismo. Que no, que mis padres son árabes. Árabes, árabes. Si, de por allá a tomar por saco, ¿Osama bin Laden? Pues por ahí.
- No, no soy inmigrante. Si, nací aquí. En España. Ya, ya, por eso no me notas acento.
- No, qué voy a estudiar yo... Me casaron con quince años. Mi padre era un extremista islámico.
- Hombre, muy ignorante no soy. Sé leer y escribir.
- No, no tengo pelo debajo de mi pañuelo. Por eso me tapo la cabeza, porque soy calva. Todas las mujeres musulmanas nacemos sin pelo por ley islámica.
- Sí, me tapo de mi marido. Y de mi padre. Y de mis hijos, mis tíos, mis hermanos y de la madre que los parió a todos ellos. Es que soy muy practicante.
- Claro que me ducho con el pañuelo en la cabeza. Y no me lo quito por nunca jamás, por eso nunca he tenido piojos.
- Sí, suelo ir a la playa con bikini y velo. Y voy marcando tendencias, oye...
- No, mis padres no me escogieron pretendiente ni me vendieron por un camello. La negociación empezó a partir de cuatro y un burro...
- No, mi marido no se va a casar con otra por ser musulmán. Se va a casar con cuatro. Es que es muy mujeriego... pero me ha dicho que yo soy su favorita. Y eso me hace tan feliz...
- Hombre, mi marido, pegarme lo que es pegarme, no. Como mucho un par de hostias al día, oye. Pero cuida que yo no soy ninguna santa, ¿eh?.
- No, no bebo alcohol ni como cerdo. Sí, sí, ya sé que no sé lo que me pierdo. Algún día lo superaré. Deja de regocijarte en mi miseria, capullo.
- Claro que no puedo bajar a la calle sola, ni pasear, ni salir con amigas, ni leer, ni realizarme, ni tener vida social, ni hablar con extraños, ni ir al cine, ni estudiar, ni divertirme, ni viajar... qué carajo. Eso es pecado en mi religión.
- Soñar y pintarse las uñas de los pies también está prohibido.
- Sí, mi marido me encierra con llave en casa todos los días. Sigue la tradición de lo que mi padre hacía con mi madre. Es muy protector y celoso. No tengo vida más allá de él, ni la quiero. Él es mi mundo y yo estoy a sus pies...
- Nunca le llevo la contraria a ningún hombre musulmán, ¿estás loco? Podría acabar lapidada.
- ¿Trabajar fuera de casa? No, hombre, no... El lugar de la mujer está en la cocina.
- En mi religión, los hombres mandan de toda la vida de Dios. Ellos son superiores por decreto divino y saben más, mucho más, a dónde vamos a parar. Dios los hizo amos del universo y mucho más inteligentes. Tienen más derechos que nosotras, pero porque nosotras somos el sexo débil. Se lo debemos todo a ellos. Nos obligan a taparnos, nos someten día y noche y toman todas las decisiones en nuestras vidas... Además, todo eso lo hacen por nuestro bien.
- No, no soy sumisa. Yo decido qué voy a cocinar todos los días.
- Mi vecino también se deja barba, y reza cinco veces al día. Es un radical islamista. De Al-Qaeda o ISIS, por lo menos.
- Hombre, las bombas al cuerpo me las pongo sólo en ocasiones especiales. El resto del tiempo, suelo ser muy normal.
- Claro que sí. Según la yihad islámica, matar a inocentes es justificable. Y cuanto más inocentes, más niños, más mujeres y más yankis, mejor. Ese el espíritu del Islam.
- No, en Ramadán ni como ni bebo desde el alba hasta la puesta del sol. Yo tampoco entiendo cómo sigo viva. Mil gracias por preocuparte por mi salud, y que la resaca te sea leve.
(...)
Que hay retrógados y musulmachos en las sociedades árabes, es evidente. Por desgracia, la in-cultura patriarcal está en todas partes. No quiero hablar del terrorismo machista eurocentrista y sus víctimas en los países occidentales, ni de porcentajes de "afectadas" aquí y allá... Me parece cínico hablar de cifras. Parto de la base de que si tocan a una, nos tocan a todas. Sin embargo, éste no es el tema a tratar ahora, ni estoy aquí para atacar a nadie. Escribo esto para defender nuestra integridad como mujeres musulmanas, prostituida hasta el asfixio y expropiada de su realidad. Una realidad que nos pertenece a nosotras, no a la CNN, la BBC, pelis made in Hollywood o series rodadas en Ceuta con un alto contenido en islamofobia.
Que hay mujeres sometidas, ignorantes y oprimidas en el mundo árabe es evidente. En realidad, por desgracia, las hay también en todas partes. La sutil diferencia es que en todas las sociedades del mundo este horror se asocia a personalidades con trastornos de inseguridad, de ciertas clases sociales, que no han tenido acceso a una educación que promueva su emancipación, o que han vivido en el seno de familias y sociedades de estructura patriarcal. En definitiva, a la falta de medios y de cultura.
En todas las sociedades, se asume la des-educación como el motivo principal de la sumisión de las mujeres. En todas, menos en los países árabes... donde "desde aquí" "se asume" que la opresión "se asocia" al Islam. ¿A qué estamos jugando? Desprestigiar sin base y catalogar con ignorancia acaba teniendo un precio que pagamos todos. También aquí, cuando se acaban radicalizando personas que han sido fruto de la marginación o la exclusión social por pertenecer a un colectivo determinado. Para nada justifico los extremismos, hay que combatirlos de forma tajante; pero es cierto que alimentarlos con odio no es precisamente la manera más inteligente de tratar con ellos. Y darles un clavo ardiente a lo que agarrarse para que se incendien, tampoco.
Si además se fomenta la islamofobia a base de estereotipos insanos, falsos desde su raíz, y un despotismo enfermo de ceguera moral, no esperemos cosechar nada bueno. Si no aparcamos los prejuicios y construimos en lugar de destruir y fomentar el odio, nos espera un futuro incierto y para nada esperanzador. Si leyéramos más, contrastáramos más la información y la sometiéramos a un filtro de autocrítica antes de difundirla o simplemente creérnosla, no viviríamos en sociedades tan alienadas y estereotipadas. Porque la ignorancia no tiene fronteras. Y los prejuicios, tampoco. Hoy nosotras tomamos la palabra... que bastante hemos callado ya."
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ResponderEliminarMohamad dice: El mejor hombre es el que sabe tratar mejor a una mujer. El mal trato de género no tiene nada que ver con el islam. Entonces el mal trato a la mujeres en el "primer mundo" a qué se debe? A la religión católica o cristiana? Naturalmente no,diría un occidental.
ResponderEliminarLa violencia de género tiene que ver con el patriarcado, y las religiones ayudan bastante.
EliminarMal asunto si después de esta lectura, seguimos con estas conclusiones prejuiciosas.
EliminarMal asunto la ignorancia (sobre todo para quienes no han tenido un Corán en sus manos en su vida y, por lo tanto, menos idea tienen de su contenido, oirán campanas y sin saber de dónde, pero oye, eso también cuenta como "información privilegiada"... Así nos va).
Mal asunto la generalización.
Mal asunto para tantos y tantos y tantos estereotipos tan mal aprendidos, y tan mal heredados.
Malo, malo.
Pienso q no tiene nada q ver la religión!!! Eso tiene q ver con la persona , violencia de género hay en todo el mundo por desgracia
ResponderEliminarPara sociedad con estructura patriarcal la española, y sin ser musulmana ni nada. No es cuestión de religiones, es cuestión de falta de cultura.
ResponderEliminarMuy bueno. Me ha encantado. Porque es verdad. Llega un momento que te cansas de tantas tonterías. Eso es de personas que tienen el cerebro encogido la verdad. Todos somos iguales y no deberían de preguntar tanto. Cada uno con su vida o sus creencias hace lo que quiera. Pero bueno esperemos que la sociedad cambie y no tengamos que ir con tantas ironias
ResponderEliminar"El mejor hombre es el q sabe tratar mejor a una mujer"???
ResponderEliminarVaya... creo q Wadi no ha sido suficientemente clara...
El mejor hombre es el q tiene respeto a TODAS las personas, mujeres y hombres y sólo por el hecho de ser persona.
Es más, incluso voy más lejos , el mejor hombre es el q tiene RESPETO A TODA VIDA del tipo q sea y eso se consigue teniendo respeto por uno mismo.
La violencia de género nada tiene q ver con religiones o países, tiene q ver con el miedo...
Igual q el respeto.
Si tenemos miedo, atacamos... es pura naturaleza.
Muchos juicios y prejuicios a otras personas supuestamente inferiores es lo q nos hace atacar... no me refiero a violencia de género, me refiero de forma genérica, por lo q de aqui saco la conclusión, ( ojo, mi conclusión!!) , nos creemos superiores los de aquí con respecto a los de allí .
Esto fue, es y será siempre y cuando no nos dejemos de chorradas y superioridades los unos con respecto a los otros.
No hemos aprendido nada, no conviene se ve..., y así seguiremos creyéndonos más y mejores por encima de todo, por encima de colores, de idiomas, de religiones...
Miedo, siempre miedo.....
Todo se debe a la educacion
EliminarSabes??? Yo solo le tengo miedo a Allah (El Dios)
EliminarTodo se debe a la educacion
ResponderEliminarMe encanto! Muchas Gracias!!!
ResponderEliminarVivo en Latinoamérica y poco se habla de estos temas. Justamente esta semana encontre una libro de una autora Iraní que me esta adentrando a toda la cultura islámica.
Muy buena nota!
saluditos♥
Maria
Bueno ya que estás luchando contra estereotipos debes saber que ser de Marruecos no quiere decir que ya no eres árabe, ni ser moro significa ser bereber, así que esa explicación no es válida.
ResponderEliminarComparto este genial artículo!
ResponderEliminarVISCA LA LLUITA FEMINISTA!
Genial, Carlota, tanto este artículo como el blog. Es una ayuda importante para romper las barreras que se han construido durante siglos para que nos tengamos miedo: las barreras de la ignorancia. Enhorabuena. Te sigo.
ResponderEliminarSalam alikum soy conversa Española, Allhamdullillah. Y te puedo decir que me a gustado me e reído un rato..la sandeces y tonterias que llega a pensar y preguntar la gente..que triste ojalá todo el mundo supieses la verdad..
ResponderEliminarVale, reconozco que, aunque parezcan preguntas disparatadas, la mayoría, triwtemente, me las esperaba. Pero la que me ha descolocado es la de la bomba.
ResponderEliminar¿De verdad hay alguien que pueda preguntar si te has colocado o te colocas bombas? Slo se me ocurre que lo hagan por hacer la gracia (que poca gracia tiene, por otro lado). Porque vaya, si yo pensara que alguien es terrorista, lo último que se me ocurriría es preguntarle si suele llevar bombas en el cuerpo.
Pero bueno, en conclusión, alabo tu actitud, y que te tomes las cosas con buen humor (porque, tristemente, supongo que en ocasiones no te quedará otra)
Enhorabuena por el post. Me ha gustado mucho, y es realmente gratificante ver que este tipo de opiniones creen debate entre nosotras. Todos los miedos, todos los rechazos, nacen siempre de la ignorancia, de juzgar que lo nuestro es lo mejor y lo de los demás no vale para nada. Por eso las mujeres debemos ser corporativistas y solidarias, y no achacar la violencia a creer en un Dios o en otro. Otra cosa bien distinta es la impunidad que en algunas sociedades tienen los maltratadores, pero es contra eso por lo que debemos de luchar, no contra nosotras mismas por ser diferentes o por tener creencias distintas.
ResponderEliminarUn saludo y ha sido un verdadero placer leerte.
Me encanta! Es verdad nosotros los musulmanes hoy en día lo pasamos mal con las falsas opiniones de los occidentales, pero lo mejor es tomarselo como tu te lo tomas. Total sabemos que todo eso es pura mentira!
ResponderEliminarNo todo es pura mentira, ella tendrá la suerte de haber nacido en una familia donde ha podido tener libertad y de haberse casado con la persona que quiso, pero lo cierto es que eso no es necesariamente la regla para muchas mujeres musulmanas de países islámicos, y ya no hablamos del gobierno, sino de la propia familia que hace que estas injusticias sucedan, lo que la autora del artículo escribe con ironía "No, mis padres no me escogieron pretendiente ni me vendieron por un camello. La negociación empezó a partir de cuatro y un burro...", "No, qué voy a estudiar yo... Me casaron con quince años. Mi padre era un extremista islámico", para otras es una triste realidad, léase: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/03/13/actualidad/1331643054_114371.html ,
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