Durante el tiempo que viví en Barbastro (Huesca) iba a menudo a Galdakao (Bilbao) por motivos de trabajo. Para el que no lo sepa, "ir de puesta en marcha" para un ingeniero es, básicamente, marchar a una ciudad (a veces de otro país y de otro continente) durante días, semanas, meses... a poner a punto una máquina mientras vives en un hotel y trabajas más horas de las que trabajas en tu puesto de trabajo habitual. En el peor de los casos, que era el mío, vas tú solo. Sin otros compañeros de trabajo. Zigor y Fouzia viven allí y siguen mi blog desde hace mucho tiempo. Cuando se enteraron de que estaría por la ciudad quisieron conocerme y, a mí que me gusta mucho una quedada, no pude decir que no. Los visité en varias ocasiones; me acogieron en su casa, me enseñaron zonas de Bilbao que no conocía como el famoso barrio San Francisco, cenábamos juntos... Era como si los conociera desde hacía mucho tiempo.
Una de aquellas veces, para mi desgracia, pillé una de esas gastroenteritis que hacen que pases, literalmente, toda la noche en el baño y, en vez de ir a trabajar, acabé en Urgencias. Después de subir aquella cuesta que me pareció eterna, hasta el hombre del mostrador del hospital se quedó en shock al ver mi lamentable aspecto. "Espera, espera que te traigo una silla de ruedas". Para mi sorpresa, mientras Fouzia trabajaba, Zigor vino a verme al hospital sin avisar. Y cuando salí, mientras Zigor trabajaba, Fouzia me cuidó como una madre pero teniendo mi edad. En vez de pasar mi pena sola en la habitación de un hotel de una ciudad "desconocida", la pasé con ellos. Con siestas con manta en el sofá y hasta el gato dando mimos. Con cremosos purés de calabaza, limonadas naturales, tés morunos, pastas marroquíes y bizcochos de chocolate que la rabatía hacía. En un hogar, que es donde mejor se pasan las penas. Y no solo eso sino que, cuando me fui, lo hice con tuppers de maravillosos briwat de pollo bajo el brazo. ¡Briwat de pollo caseros! ¡Briwat de pollo caseros con ese saborcillo que le dan los condimentos! Y, por si alguien aún no se había dado cuenta, a mí se me conquista por el estómago.
Y algunos aún creen que yo me levanto cada mañana con ganas de hundir Marruecos con mis superpoderes mágicos... ¡Muy, muy tonta tendría que ser para morder la mano de quien me cuida y me da tan bien de comer! <3 p="">
Zigor, Fouzia... gracias por tanto a cambio de nada.
¡Nos vemos muy pronto! :D (Inchallah)3>
Una de aquellas veces, para mi desgracia, pillé una de esas gastroenteritis que hacen que pases, literalmente, toda la noche en el baño y, en vez de ir a trabajar, acabé en Urgencias. Después de subir aquella cuesta que me pareció eterna, hasta el hombre del mostrador del hospital se quedó en shock al ver mi lamentable aspecto. "Espera, espera que te traigo una silla de ruedas". Para mi sorpresa, mientras Fouzia trabajaba, Zigor vino a verme al hospital sin avisar. Y cuando salí, mientras Zigor trabajaba, Fouzia me cuidó como una madre pero teniendo mi edad. En vez de pasar mi pena sola en la habitación de un hotel de una ciudad "desconocida", la pasé con ellos. Con siestas con manta en el sofá y hasta el gato dando mimos. Con cremosos purés de calabaza, limonadas naturales, tés morunos, pastas marroquíes y bizcochos de chocolate que la rabatía hacía. En un hogar, que es donde mejor se pasan las penas. Y no solo eso sino que, cuando me fui, lo hice con tuppers de maravillosos briwat de pollo bajo el brazo. ¡Briwat de pollo caseros! ¡Briwat de pollo caseros con ese saborcillo que le dan los condimentos! Y, por si alguien aún no se había dado cuenta, a mí se me conquista por el estómago.
Y algunos aún creen que yo me levanto cada mañana con ganas de hundir Marruecos con mis superpoderes mágicos... ¡Muy, muy tonta tendría que ser para morder la mano de quien me cuida y me da tan bien de comer! <3 p="">
Zigor, Fouzia... gracias por tanto a cambio de nada.
¡Nos vemos muy pronto! :D (Inchallah)3>