Recuerdo que estaba sola en Fez, sentada en uno de esos pivotes que hay nada más salir del aeropuerto. Mientras esperaba, observé cómo un grupo de jóvenes españoles que había llegado conmigo en el avión, hablaba con varios taxistas para llegar a la ciudad. Tuve la impresión de que era la primera vez que viajaban al país y, por si de alguna forma les podía ayudar, no dejé de mirarlos. Cuando se percataron de que estaba allí, utilizando ese radar que tenemos los españoles para detectar compatriotas sin necesidad de abrir la boca, se acercaron a mí. Me plantearon las típicas dudas que cualquiera puede tener nada más pisar suelo marroquí y, después de un rato de charla, cogieron un taxi y se marcharon. No volví a verlos ni a tener contacto con ellos... hasta hoy.
Hoy, cuando Helena, una de las chicas de aquel grupo, me ha mandado este mensaje.
" (...) Al llegar al aeropuerto de Fez estaba muy asustada, tenia los típicos miedos e ideas que nos inculcan desde Occidente…Si te digo la verdad, ese día lo pase muy mal, sentía que todo el mundo nos miraba... Empezamos a hablar para ver cómo haríamos para llegar a Fez - si en bus o en taxi - y después de un rato vimos una chica que tenía pinta de ser española, que estaba viajando sola y que parecía que dominaba el tema, así que fuimos a preguntarle. Me acuerdo que esa pelirroja me llamó mucho la atención y quería hacerle un montón de preguntas, pero pensé no seas maleducada. Al final, lo único que le pregunté era si hablaba árabe y me dijo que algo sí. Tenía tanta curiosidad por saber que no pude evitar interesarme por aquello. ¿Cómo así sabes árabe? Me comentó que había viajado varias veces al país y que en ese momento estaba viviendo en Marruecos con una familia de Rabat, enseñando español a los niños. Pensé: qué guay, hacer de aupair en Marruecos... ¡cómo me gustaría! La chica, por cierto, nos recomendó que la mejor opción era compartir un taxi.
Después de ese primer día, ya no volví a sentir ese miedo. Y, no sólo eso sino que, personalmente, ha sido uno de los viajes que más me ha gustado. No tengo palabras para poder decir todo lo que sentí. El día que nos fuimos nos dio tal bajón que si cuando llegamos al aeropuerto de Barcelona nos ofrecen subir a un avión para volver a Marruecos hubiéramos ido de cabeza. De hecho, en pocos meses he vuelto varias veces. Me encanta el país, me tiene enganchada y hace unos días - buscando información por Internet - llegué a artículo en el que salía una chica pelirroja hablando maravillas de Marruecos. Pensé, a ver si va a ser la que me encontré en Fez. No se veía bien en las fotos así que entré en el blog y me hizo mucha gracia comprobar que la chica del blog eras tú, la misma chica pelirroja que nos ayudó en Fez. La misma que hizo unos apuntes de dariya marroquí que estoy deseando tener ya para ponerme a estudiar.
(...) ¡Qué ilusión me hizo encontrarme con tu página! Cada día la miro un ratito y me está ayudando muchísimo... Me siento identificada y leyéndote me transporto a Marruecos. ¡Muchas gracias, Carlota!"
Hoy, cuando Helena, una de las chicas de aquel grupo, me ha mandado este mensaje.
" (...) Al llegar al aeropuerto de Fez estaba muy asustada, tenia los típicos miedos e ideas que nos inculcan desde Occidente…Si te digo la verdad, ese día lo pase muy mal, sentía que todo el mundo nos miraba... Empezamos a hablar para ver cómo haríamos para llegar a Fez - si en bus o en taxi - y después de un rato vimos una chica que tenía pinta de ser española, que estaba viajando sola y que parecía que dominaba el tema, así que fuimos a preguntarle. Me acuerdo que esa pelirroja me llamó mucho la atención y quería hacerle un montón de preguntas, pero pensé no seas maleducada. Al final, lo único que le pregunté era si hablaba árabe y me dijo que algo sí. Tenía tanta curiosidad por saber que no pude evitar interesarme por aquello. ¿Cómo así sabes árabe? Me comentó que había viajado varias veces al país y que en ese momento estaba viviendo en Marruecos con una familia de Rabat, enseñando español a los niños. Pensé: qué guay, hacer de aupair en Marruecos... ¡cómo me gustaría! La chica, por cierto, nos recomendó que la mejor opción era compartir un taxi.
Después de ese primer día, ya no volví a sentir ese miedo. Y, no sólo eso sino que, personalmente, ha sido uno de los viajes que más me ha gustado. No tengo palabras para poder decir todo lo que sentí. El día que nos fuimos nos dio tal bajón que si cuando llegamos al aeropuerto de Barcelona nos ofrecen subir a un avión para volver a Marruecos hubiéramos ido de cabeza. De hecho, en pocos meses he vuelto varias veces. Me encanta el país, me tiene enganchada y hace unos días - buscando información por Internet - llegué a artículo en el que salía una chica pelirroja hablando maravillas de Marruecos. Pensé, a ver si va a ser la que me encontré en Fez. No se veía bien en las fotos así que entré en el blog y me hizo mucha gracia comprobar que la chica del blog eras tú, la misma chica pelirroja que nos ayudó en Fez. La misma que hizo unos apuntes de dariya marroquí que estoy deseando tener ya para ponerme a estudiar.
(...) ¡Qué ilusión me hizo encontrarme con tu página! Cada día la miro un ratito y me está ayudando muchísimo... Me siento identificada y leyéndote me transporto a Marruecos. ¡Muchas gracias, Carlota!"
Benditos encuentros y reencuentros!
ResponderEliminarQue casualidad el mundo es muy pequeño !
ResponderEliminarQue chulada Carlota!! Si yo te viera en Marruecos no te preguntaría jajajaja te diría aji m3aya, vamos a tomar un té y a contarnos todo lo que compartimos! Jajajajja que pasada tía la vida cómo es!
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