20 de diciembre de 2016

¿CUÁNTAS VECES?

¿Cuántas veces has dejado de ir a un sitio únicamente porque sabías que te tocaba volver a casa solo? ¿Cuántas veces le has pedido a un taxista que, por favor, no se vaya hasta que te haya visto entrar en el portal? ¿Cuántas veces has sentido que ni siquiera eso podría garantizarte el llegar bien a casa? ¿Cuántas veces has mirado hacia atrás antes de abrir tu portal? ¿Cuántas veces le has mandado a tus colegas los datos del coche o del conductor que te lleva? ¿Cuántas veces has mirado, desde fuera, en el reflejo del espejo del portal, si había alguien dentro? ¿Cuántas veces has pensado que qué lento se cierra el ascensor y no precisamente porque llegaras tarde a un sitio? ¿Cuántas veces le has tenido que pedir a tu pareja, a tu amigo o a tu padre que te acompañe para no ir solo a ciertas horas? ¿Cuántas veces te has cambiado de acera porque venía un hombre de frente? ¿Cuántas veces has cogido del brazo a un chico desconocido para que crean que estás con él? ¿Cuántas veces te has cruzado de noche con alguien y has respirado al pensar "uuf… no me ha dicho nada"? ¿Cuántas veces has fingido hablar por el móvil para intentar evitar que se dirijan a ti? ¿Cuántas veces te has dejado los cascos puestos pero has apagado la música para escuchar cualquier mínimo ruido? ¿Cuántas veces le has insistido a tu amigo para que te escriba sin falta cuando haya llegado a casa? ¿Cuántas veces te has quedado sin aire al darte cuenta de que ese coche ha bajado la velocidad para ir al ritmo al que tú caminas? ¿Cuántas veces te has acercado a una pareja para que ese tipo entienda que no vas solo? ¿Cuántas veces te has asustado de madrugada en tu propio garaje? ¿Cuántas veces has dejado de poner tu nombre en el buzón para evitar que sepan que vives solo? ¿Cuántas veces eliges ese asiento en el metro “por si acaso” y no sólo porque esté libre? ¿Cuántas veces te has sobresaltado porque un chico vaya detrás de ti varios segundos cuando caminas solo? ¿Cuántas veces te has sentido aliviado al comprobar que era una chica? ¿Cuántas veces te has metido en un sitio con gente para esperar a que se aleje un hombre? ¿Cuántas veces has cambiado tu recorrido para ir más tranquilo por calles en las que sí circulan coches?¿Cuántas veces has vuelto prácticamente corriendo a casa para tardar el menor tiempo posible? ¿Cuántas veces has llegado a casa con la respiración acelerada, notándote los latidos del corazón en el cuello, sin una causa aparente? ¿Cuántas veces has pensado en comparte un spray y no precisamente para hacer graffitis? ¿Cuántas veces vas por la calle con las llaves bien sujetas entre los dedos?
¿Cuántas veces lo has hecho, además, de forma natural, asumiendo que son cosas normales que hay que hacer? Puro instinto. Sin que nadie te lo haya enseñado. Dime, hombre, ¿CUÁNTAS? Y si alguna vez lo has hecho, ¿para protegerte de qué? O, mejor dicho, ¿de quién?

Secuencia del corto francés 'Au Bout de la Rue', sobre el miedo de las mujeres a volver solas a casa. 

¿Dónde queda vuestra empatía y, sobre todo, vuestro respeto? ¿Cómo podéis llamar exagerada, paranoica e incluso nazi a cualquier mujer que hable de la realidad cotidiana con la que convive? Una realidad que en su cara le negáis. ¿No tenéis madres, hermanas, primas o amigas... con las que hablar? ¿O es más cómodo hacer oídos sordos y, si algún día les pasa algo, ya lloraremos? Claro que sí, con lo sano que es llorar.

23 comentarios:

  1. Mi comentario va dirigido a todos los que no reciben bien este mensaje: Antes de opinar detengámonos y pongamos un poco de perspectiva.

    Esta serie de preguntas a algunos hombres les parecerán absurdas, ridiculas o hirientes. No lo son. En absoluto. Son serias y reales.

    Muchas personas que nos consideramos igualitarios estamos acostumbados a tener que navegar a contracorriente armados de sentido común cuando algún comentario androfóbico se hace pasar por feminista (feminismo = igualdad sin relevancia de género).

    Muchas veces yo lo hago.

    Pero eso no puede convertirse en el árbol que impida ver el bosque.

    Muchos al leer esto piensan cosas como "exagerada", "paranoica", "traumatizada" o posturas similares. Veamos más allá. Lo que este texto debe significar debe ser algo que nos una a todos los que nos manifestamos contra la violencia en cualquiera de sus facetas, y en este caso, contra la violencia sexista.

    Lo que debe transmitirnos es que esta es la forma en que viven muchas mujeres, y no por un exceso de celo, sino por un riesgo real. Muchas mujeres se sienten en tierra hostil en esta sociedad. Yo soy el primero en aplicar sentido común cuando esa hostilidad deriva en agresividad entre sexos. Nadie está diciéndote que tú, hombre, seas capaz de cometer las barbaridades que esta lista de acciones pretende prevenir. Lo que te están diciendo aquí es ¿eres consciente de que para muchas mujeres un desconocido en un contexto que para ti sería exento de riesgo es percibido como una amenaza? ¿eres consciente de que esa percepción no tiene que estar motivada por un suceso previo, sino por un conocimiento de los riesgos reales de la sociedad transmitido? ¿eres consciente de que los que, como tú, creen en la igualdad se ven entre la espada y la pared al tener que decidir si enseñar a tomar estas precauciones a sus hijas sólo porque ellas son mujeres? ¿cómo lidiarías tú, igualitario como yo, con este conflicto? ¿dejarías a tu hija exponerse a estos riesgos como si se tratara de tu hijo, fingiendo que no existen esos riesgos, para ser coherente en tu doctrina de igualdad o le transmitirías esas precauciones sólo porque es mujer rompiendo tú principio de igualdad?

    Todo esto lo que significa es qué, este escrito habla de una realidad lamentable que a ti como hombre que la lees te puede parecer injusta hacia ti, porque te presupone un violador sólo por ser hombre, pero la verdad es que en este problema tú no importas una mierda, porque no eres ni víctima potencial ni culpable potencial. Y la verdadera injusticia es que haya personas para las que esta realidad sea su día a día y, especialmente cuándo está motivada, no por una situación de riesgo, sino por la mera coexistencia de géneros.

    Si al leer esto piensas "ya están otra vez", parate a pensar de nuevo, porque raramente verás una explicación más simple de en qué se basa el hecho de que muchas mujeres crean (erroneamente) que los hombres somos su enemigo. Y nunca verás una explicación más simple de por qué también es tarea tuya conseguir que nunca nadie más en tu entorno sienta miedo de otra persona sólo por su género.

    A las personas que entienden y comparten este mensaje sólo puedo decirles: "no todos somos una amenaza. Por favor, no desistais, no veáis en nosotros un enemigo. Muchos de aquellos de los que huyes por la calle si les contaras el miedo que te transmiten sólo por estar ahí, serían los primeros en ayudarte a entender que ellos no son una amenaza. Algunos incluso te ayudarían a que no tuvieses que pasar por eso sola. Son los menos aquellos para las que estas precauciones son necesarias. Por desgracia, nadie en su sano juicio (y con un mínimo de empatía) es capaz de deciros que no es necesario que toméis esas precauciones. Quien lo hiciera estaría negando una realidad sólo porque está es desagradable."

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá existan muchos hombres como tú. Soy mujer y madre de tres hijas. Ojalá. Un abrazo.

      Eliminar
    2. Existimos. Nadie nos hace ni caso, pero existimos. Para unos extremistas somos débiles, para los otros extremistas somos individuos a ignorar; pues no nos adecuamos a su definición de hombre.

      Pero eso no elimina nuestra existencia, sólo evita que seamos vistos.

      Eliminar
    3. Muchisimas gracias, es algo que nos pasa a todas, y creo que muchas hemos pasado por una situación incomoda en algún momento de nuestra vida que ha agrabado ese miedo. Yo sólo tenia 13 o 14 años cuando estaba en un rebate hablando con mi hermana y una amiga. Habia un hombre sentado en su coche que de vez en cuando nos miraba pero no le dimos importancia. Nos despedimos y ellas se fueron, cuando empeze a andar este hombre me pregunto algo y yo, que no me había enteredo bien, dí un paso para el coche cuando ví que se estaba masturbando y corri hacia mi casa asustada y mirando para atrás, mi madre me vió tan alterada cuando llegué, que si no llego a pararla se presenta con un bater de beisbol a quitarle las ganas de volverlo a hacer. Este gesto hizo que durante toda mi juventud andara con miedo cuando iba sola. Y no quiero decir que todos los hombres sean iguales, ni nada por el estilo... sólo que hay mucho perturbado y que no me parece ninguna loca la que lo sienta.

      Eliminar
    4. Jose Barnaza,chapeau,soy madre de tres hijos mayores y muchas veces he sentido miedo.Ojalá esa manera de pensar y sentir tuya se extendiera.

      Eliminar
    5. Soy hombre y defiendo la igualdad...cosa que no tendria que defender pues tendria que ser algo mormal....una cosa es ser hombre..y otra cosa un macho neardental.

      Eliminar
  2. Por desgracia me siento muy identificada con el texto. Nunca he sufrido ninguna agresión "sería" pero aún así siento siempre ese miedo. Siento miedo cada día cuando cojo o dejo el coche en el garaje. Siento miedo cuando camino sola a casa por la noche...Lo he sentido desde que tengo uso de razón y lo sentían la gran mayoría de mis amigas. Recuerdo cuando de jóvenes nos acompañábamos las unas a las otras como podíamos y la última corría hasta su casa. A veces nos hacíamos las valientes pero en el fondo siempre estaba el miedo. Recuerdo que durante años llevé un spray de pimienta en el bolso y lo llevaba cogido en la mano con el dedo sobre el botón cada vez que caminaba a casa porque habían intentado violar a una vecina a las 3 de la tarde en el mismo camino por el que yo pasaba cada día.
    No he sufrido "grandes agresiones" pero he sufrido algunas. Un día un chico de mi pueblo me arrinconó contra una pared y me empezó a desabrochar la camiseta solo para reírse de mi y demostrame que no tenía nada que hacer. Otra vez salía de un pub y estaba cruzando la acera para reunirme con mis amigos que estaban en otro bar a menos de 300 metros. En un lugar lleno de gente. Un chico me agarró y me dijo que me enrollase con su amigo. Como le dije que no me agarraron entre dos y el resto se dedicó a pegarme patadas. Nadie hizo nada por defenderme. Gracias a Dios solo se divirtieron un rato y me dejaron allí sin ninguna herida seria. Ha habido muchas veces en las que algún hombre se ha acercado a mi de manera intimidatoria, me ha gritado cosas, etc. Como casi todas he sufrido tocamientos en sitios públicos.
    Esto que he contado es el pan de cada día de las mujeres y niñas de este país. Y digo niñas porque muchas de estas cosas que he contado pasaron cuando tenía entre 12 y 18 años. Con 12 años ya había hombres de 30 que nos ofrecían copas e intentaban llevarnos a la cama. No os podéis imaginar lo que es sentirte una niña encerrada en un cuerpo de mujer y sentir mucho miedo. Recuerdo una noche que acabé vomitando por el estrés que me produjo un chico que no paró de acosarme mientras estaba en las fiestas de un pueblo en los coches de choque con unos primos algo mayores que yo. Solo tenía 13 años y él tenía 25. No dejo en ningún momento de acercárseme, de hacer comentarios sobre mi cuerpo, mis pechos...Por más que le supliqué tanto yo como algunas personas más que me dejase no hubo manera. Me amargó la noche y me tuve que ir a casa con dolor de cabeza y vomitando sin parar.
    No, no es fácil y aún así me siento afortunada porque no estoy en un país en guerra en el que se use a las mujeres como esclavas sexuales, ni he sido víctima de la trata...Si yo con mis "pequeños incidentes" lo he pasado mal no me puedo ni imaginar como lo pasan esas niñas y mujeres.
    Eso no quiere decir que odie a los hombres.Adoro a mi pareja que siempre está ahí apoyándome en todo lo que hago. Hay muchos hombres en mi vida a los cuales aprecio y son personas maravillosas pero eso no evita que tenga miedo y que sepa que en realidad sigue habiendo mucho que hacer en temas de igualdad para que futuras generaciones no vivan ese miedo ni esas experiencias que he vivido.
    En mi caso no fueron locos, ni criminales, fueron chicos y hombres normales.Muchos de ellos están casados a día de hoy, tienen familias. Seguramente ninguno de ellos se considera un acosador porque hacer lo que hacían era una forma de diversión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Perdona pero de hombres normales nada, y que sepas que los violadores asesinos y ladrones también se casan, eso no les convierte en buenas personas.

      Eliminar
    2. Nath, tienes razón, pero si te refieres al último parrafo de Ro Mar, creo que está bastante claro lo que quiere decir.

      Eliminar
  3. Esta es la realidad de todas las mujeres en sitios "civilizados" en otros lugares sufren mucho más...es injusto y muy doloroso...vivimos con terror desde que somos niñas hasta que morimos...sentimos miedo del daño que puedan hacernos los hombres...ya va siendo hora de que los varones reflexionen sobre esto...todos han tenido/tienen una madre...muchos tienen/tendrán hijas...hermanas...novias...compañeras....tiene que acabar este martirio....tiene que terminar este sufrimiento

    ResponderEliminar
  4. Si añadieses una imagen en tus artículos sería más fácil guardar tus enlaces en otras redes sociales (como por ejemplo pinterest). Gracias ;)

    ResponderEliminar
  5. Me gusta mucho tus reflexiones y denuncias, no hay por qué tener miedo. Las mujeres vivimos intimidadas desde pequeñas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Qué no hay por qué tener miedo?....

      Eliminar
    2. Mi papá me dijo que los hombres son como los perros: si no les demuestras miedo, no te atacan.
      Pero es mentira.
      Yo he pasado la mitad de mi vida aparentando que no me da miedo pasar en medio de un grupo de hombres.
      Camino sin verlos, con la cabeza en alto y aún así puedo sentir sus miradas, oigo sus comentarios de cómo planean atacarme.
      Me han seguido en coches, a pie.
      Me han arrinconado, me han manoseado, me han gritado cosas.

      Eliminar
    3. Tu papa se equivoco también con los animales. Solo atacan si se sienten atacados o si les han enseñado eso como estilo de vida.

      Textos geniales. Gracias

      Eliminar
  6. Yo quiero decir que por vivir ajena a la realidad y confiar en el mundo, me tocó vivir en mis carnes una agresión sexual. Si, si hay que andar despierto y atento a lo que te rodea. Y yo, que he sufrido las consecuencias psicológicas postraumaticas y que arrastraré el resto de mi vida, digo que no hay que tener miedo y si estar preparadas para defenderse. Creo que toda mujer debería saber mínimas técnicas de autodefensa y creo que el gobierno debería subvencionarlas.

    ResponderEliminar
  7. Al autor: no hago esta pregunta desde un punto de vista machista, ni pensando ya estamos con lo mismo, estoy completamente de acuerdo con lo que dices, y creo que es necesario un cambio. Dicho esto, aquí mi pregunta, porque escribes en masculino? Gracias! PD: buen artículo y buena reflexión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Porque el texto intenta ponerte en el lugar de la mujer, te pregubta a ti como hombre si alguna vez tuviste que vivir algunas de las situaciones que las mujeres vivimos a diario. Por eso lo pregunta en masculino, porque pregunta al hombre.

      Eliminar
    2. Porque, o lo he entendido muy mal, o el texto va dirigido a los hombres para que imaginemos situaciones en las que no nos solemos ver pero las mujeres sí, para que nos pongamos en su lugar

      Eliminar
    3. Escribe en masculino porque lo que intenta establecer es que un varón no piensa nunca en ninguna de esas cosas ni las vive en carne propia todos los días como sí nos sucede a las mujeres, y sin embargo no dudan un instante en calificar como exageradas o paranoicas a quienes lo sufrimos.

      Eliminar
  8. Esto solo lo cambia la educación, que pasa por casa. Lo spadres y madres, y para eso hay que trabajar ya, y los padres y madres educar bien a sus hijos.
    EN los paises nordicos no pasa eso, o si pasa es muy pero muy raro.
    Pero claro la evolucion y la educación necesita su tiempo...

    ResponderEliminar
  9. Basta de male tears y poneos a reconocer lo más que evidente y renunciad a privilegios de una vez.

    ResponderEliminar
  10. He constatado que no he tenido que pasar por ninguno de estos miedos, y sé que la razón es que soy hombre.
    Soy consciente de esta realidad. He hecho todo lo posible siempre para poder ayudar a que las mujeres no tengan que sufrir esta triste realidad:
    -He acompañado a muchas amigas y conocidas a casa. Siempre me he ofrecido a acompañar sin más intención que evitarles el mal trago.
    -Cuando no se podía acompañar, hablábamos por teléfono todo el rato.
    -Cuando he caminado en un sito apartado tras una chica, me paraba para dejarla alejarse, y si iba por delante, aceleraba para alejarme. Pero siempre sin perder la atención por si alguien le hacia algo desde larga distancia cuando mi camino me lo permitia.
    -A mi se me han agarrado chicas porque las estaban molestando. Son situaciones muy desagradables para ellas. Es muy triste.

    Son solo tres situaciones que consigo recordar.

    ResponderEliminar