Ella es Cristina, entre mujeres afganas a las que conocimos en nuestro viaje a Irán. Hace más de un año y medio Cris iba a emprender un viaje en solitario por Marruecos y, navegando por Internet, dio con mi blog. Me escribió para pedirme consejos y, además, compró mi librillo de "Apuntes de dariya para principiantes". Apenas llevaba unas horas en Rabat, la primera ciudad que visitaría en el Magreb, cuando me escribió un email. Una foto suya en el precioso barrio de Oudayas, por el que tantas veces yo me perdía, acompañaba a unas sinceras palabras llenas de agradecimiento, ilusión y alegría. Por su manera de expresarse, supe que era de las mías y no pude evitar decirle lo que ella ya sabía. "Deja que el Magreb te sacuda el alma y la vida". Eso fue lo último que hablé con ella. Hasta que el pasado 3 de Abril volvió a escribirme. "¡Hola, Carlota! Voy a viajar a Irán en unos días, por libre y en solitario, y he pensado que igual te interesaría. Casi todo el mundo piensa que estoy loca pero sé que hay personas como tú que pueden llegar a entenderlo. Un abrazo". Y no hizo falta decir nada más. En apenas dos semanas estábamos rumbo a Oriente, ella desde Barcelona y yo desde Bilbao. La conocí haciendo escala en el aeropuerto de Estambul (Turquía) y me despedí de ella, de madrugada y con gran emoción, en el aeropuerto de Teherán (Irán). Cris. Un regalo del destino, una de tantas loterías que me han tocado en la vida. Un ejemplo claro de que el mundo es de los valientes y de que sólo el que arriesga, gana. Un viaje único y divertidísimo, de la mano de la serenidad y el saber hacer hecho mujer. Una mujer que te devuelve la fe en la humanidad y te recuerda que no se puede vivir la vida a medias, porque el mundo ya va servido de mediocridad. Una experiencia inolvidable que nació aquí, en un espacio virtual llamado "no es nada personal". Ya ves tú, qué ironía más genial.
Una gran aventura!
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