Cuando te canses de putearme dame un tiento, a ver si aprendo a respirar sin recordarte. Cuando te canses de vivir matándome yo me haré el tonto. Igual de pronto te da el punto por odiarme. Cuando te canses de venir a buscarme para joderme vas a verme defenderme con alardes. Que siempre estuve demasiado de tu parte.

Tú tienes bien cosido tu disfraz. No sabes de lo que yo soy capaz. Que tuve tiempo antes de echarme atrás. Pero no fui capaz de ser mi capataz. Y yo fui, vi, vencí y por el camino no me convencí.
Y reconozco que morí en el intento, pero no vi la moraleja de tus cuentos...