“A los jóvenes españoles: quizá no tienen trabajo pero, sin deudas ni obligaciones, poseen la libertad.” — Joan Tubau
"Querido amigo:
Quizá no tengas trabajo, ni un apartamento de dos dormitorios en el centro de Madrid, ni un Volkswagen Golf de 5 puertas, pero por fortuna conservas algo mucho más importante que todo eso: tu libertad.
No estoy diciendo que seas un afortunado por estar desempleado. Ni mucho menos. Sé que no es una situación agradable y espero que puedas salir de ella lo antes posible. Lo único que quiero es que seas consciente de que, en estos momentos, tus únicas obligaciones son alimentarte y encontrar un lugar seco y caliente donde dormir cada noche –algo que a lo mejor ya te proporcionan tus padres–, y que mientras estés en esta situación tienes margen de maniobra.
Puedes, por ejemplo, aceptar una oferta de trabajo en cualquier ciudad de España. Puedes invertir los ahorros de tu comunión en empezar un pequeño negocio. Puedes arriesgar. Tienes tiempo de sobra para ello y nada que perder. Puedes empezar un blog. Compartir tus pensamientos y experiencias con el resto del mundo. Demostrar lo que sabes y ayudar a los demás. A lo mejor el día menos pensado te llega una buena oportunidad a tu bandeja de entrada. Puedes currar sirviendo hamburguesas durante 6 meses, ahorrar lo máximo posible e irte a probar suerte en Dublín.
En definitiva: una vez cubiertas tus necesidades primarias, puedes decidir exactamente qué es lo que quieres hacer con tu vida. Tienes ante ti un lienzo en blanco y tú eres el artista principal. Te recuerdo todo esto porque quizá estés tan ocupado buscando trabajo que lo has olvidado, o simplemente no le das mucha importancia. Pero créeme: no todo el mundo tiene tantas opciones.
Ser libre significa que puedes obrar según tu propia voluntad. Que puedes tomar tus propias decisiones sin que nadie te ponga una pistola (metafórica) en la cabeza. Lo contrario de ser libre es ser esclavo. Cuando eres esclavo dejas de ser dueño de tus actos y son otros los que deciden por ti.
La mayoría de adultos que ves por la calle no son tan libres como tú. Algunos encontraron un trabajo con un sueldo mileurista y lo primero que hicieron fue meterse en una hipoteca a 30 años para comprarse una casa. Ahora dependen de su jefe, porque pase lo que pase tienen que pagar al banco a final de mes. Si les echan, empieza la cuenta atrás: deben encontrar otro empleo de lo que sea antes de que se les acabe el finiquito, o si no serán desahuciados y tendrán que dormir debajo de un puente. Por eso no les queda más remedio que aceptar las condiciones que les imponga su empleador, por muy malas que sean. Encadenados a un empleo y a un adosado con jardín, sus opciones se limitan. Ya no es tan fácil reaccionar.
Otros decidieron tener hijos. Ahora están obligados a cuidarles y a pagar todos sus gastos al menos durante los primeros 18-30 años de su vida, porque los hijos no se pueden vender, devolver, ni abandonar. La demanda salarial aumenta cuando hay varias bocas que alimentar y la dependencia de un empleo se vuelve más fuerte todavía. El tiempo es un bien escaso, e intentar empezar cualquier cosa supone sacrificar tu salud o tu vida personal. Dar clases de español en Corea deja de ser una opción cuando tus niños tienen que ir al colegio. Ya no se pueden asumir riesgos. Los experimentos con gaseosa.
Pero tú, al menos por ahora, no estás en esa situación. Sí, es cierto que no tienes trabajo, pero tampoco tienes deudas ni obligaciones de ningún tipo. Nadie a quien rendir cuentas, nadie a quien dar explicaciones. Eres libre, y mientras seas libre siempre podrás reaccionar. Siempre.
Porque tienes opciones. Puedes hacer lo que quieras. Repito: lo que quieras. Desde escribir novelas eróticas de dinosaurios hasta vender calcetines negros de lujo con un chip para identificarlos. Los límites te los marcas tú. El dinero ya no es un problema. Hoy en día puedes conseguirlo casi todo gratis o muy barato. Conocimiento ilimitado en Youtube y Wikipedia, clases gratuitas de las mejores universidades del mundo a través de Coursera, libros prestados en la biblioteca de tu ciudad, vuelos low-cost con Ryan Air y auto-publicación 24 horas gracias a Amazon. Un ordenador portátil y una conexión a Internet son la nueva fábrica.
Porque tienes tiempo. Desde que te levantas hasta que te acuestas, tú y solamente tú decides en qué inviertes cada minuto. 24 horas al día, 168 horas a la semana, 720 horas al mes, 8.760 horas al año.
Porque tienes energía. No estás obligado a compartir tus recursos físicos y mentales con nadie. Están disponible al 100% para tus propios propósitos.
Tienes todo lo que necesitas, y las oportunidades frente a ti son ilimitadas. La pregunta es… ¿Qué vas a hacer con esa libertad? ¿Cómo vas a usar tu tiempo y energía? ¿Vas a dedicarte a poner excusas, quejarte y esperar a que alguien te venga a salvar, o vas a actuar, perseguir esas opciones e intentarlo una y otra vez hasta que tengas éxito?
Hay gente que no es libre de elegir, pero tú sí. Aprovéchalo.
Un fuerte abrazo y mucha suerte.
Ángel.-
PD: Soy consciente de que hay casos y casos. Hay jóvenes que están en situaciones familiares muy complicadas y que no tienen esa libertad de la que hablo. Desde aquí les mando todo mi apoyo y les deseo que salgan adelante.
PDD: Abstenerse comentarios relacionados con la defensa/crítica a comprar una casa o tener hijos. El post no va por ahí ni pretende juzgar ninguna de esas dos decisiones. Únicamente intenta que el lector sea consciente de que el no tener esas obligaciones tiene algunas ventajas, y que es una buena idea aprovecharlas mientras duren."
Artículo de Ángel Alegre en 'Vivir al máximo.'
Muy buen post!!!!! Yo me hipotequé para 40 años. Hasta el dia de mi jubilacion, o al final la cambiaron a 67???? No obstante trato de trabajar en lo que me gusta y donde estoy agusto. No es el destino el que te hace feliz, hay que ser feliz durante el viaje.
ResponderEliminarAsi que estoy completamente contigo en que hay que buscar la opción, la oportunidad, el lugar y el momento!!!!
Salud y aventuras!!!
Muchas gracias por tu carta, me ha motivado muchísimo. Tienes razón, en todo, tenemos la libertad de hacer con nuestra vida lo que queramos. Pero la mayoría de veces nos puede el desánimo y la autocompasión,sin darnos cuenta de que nuestra situación depende más de nosotros de lo que nos creemos, y de que las cosas por ahí, lamentablemente están peor.
ResponderEliminarUn abrazo, Patricia.
No todo el mundo valora igualmente la libertad, desafortunadamente. He tenido la oportunidad de comprobarlo. Este país tiene una larga tradición que lo demuestra.
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