Deja que la vida te despeine.
He aprendido que hay que dejar que la vida te despeine. Por eso he decidido disfrutar de la vida con mayor intensidad. Este mundo está loco, definitivamente loco: lo rico, engorda. Lo bonito sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga y, lo realmente bueno de esta vida, te despeina. Hacer el amor, despeina. Reírte a carcajadas, despeina. Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina. Quitarte la ropa, despeina. Besar a la persona a la que amas, despeina. Jugar, despeina. Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina. Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones tan altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.
Así que, como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado. Es ley de vida, siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa que la que elija no montarse. (...)
Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la persona que quiero ser. Por eso, mi recomendación es: entrégate, come sano, besa, abraza, baila, enamórate, relájate. Viaja, salta, acuéstate tarde y levántate temprano. Corre, vuela. Canta. Ponte guapa, ponte cómoda, admira el paisaje. Disfruta. Y, sobre todo, deja que la vida te despeine. Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.
He aprendido que hay que dejar que la vida te despeine. Por eso he decidido disfrutar de la vida con mayor intensidad. Este mundo está loco, definitivamente loco: lo rico, engorda. Lo bonito sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga y, lo realmente bueno de esta vida, te despeina. Hacer el amor, despeina. Reírte a carcajadas, despeina. Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina. Quitarte la ropa, despeina. Besar a la persona a la que amas, despeina. Jugar, despeina. Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina. Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones tan altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.
Así que, como siempre, cada vez que nos veamos yo voy a estar con el cabello despeinado. Es ley de vida, siempre va a estar más despeinada la mujer que elija ir en el primer carrito de la montaña rusa que la que elija no montarse. (...)
Lo único que realmente importa es que al mirarme al espejo, vea a la persona que quiero ser. Por eso, mi recomendación es: entrégate, come sano, besa, abraza, baila, enamórate, relájate. Viaja, salta, acuéstate tarde y levántate temprano. Corre, vuela. Canta. Ponte guapa, ponte cómoda, admira el paisaje. Disfruta. Y, sobre todo, deja que la vida te despeine. Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.