Necesidad y desesperación. Sombras que se mueven con rapidez entre los camiones del puerto de Tánger. Sus ojos son los de un animal acorralado, penetrantes y a la vez esquivos. Siempre alerta para correr si hace falta. Tratan de burlar los controles policiales para camuflarse en los bajos de un camión. Oscuridad y silencio. No pueden fallar. El objetivo es claro; tocar suelo español. Tienen que ser más fuertes que el miedo, el peligro y el cansancio. Tienen que jugarse la vida. Tienen que intentarlo. La muerte pasando a cien por hora bajo sus narices es sólo el principio de su viaje. En el mejor de los casos, a su llegada se encuentran completamente solos, con su ropa manchada de grasa y marcas de heridas recientes. En un centro de menores, en un país desconocido y sin conocer el idioma. Si a eso se le añade el rechazo y la discriminación que a menudo sufren, el paraíso que tanto ansiaban se vuelve oscuro. Casi tanto como el drama que les ha tocado vivir sin apenas haber cumplido los 15 años, y que, irremediablemente, les marcará de por vida.
"En la vida hay que decir y hacer lo justo, y si haciéndolo nos quedamos solos, es el precio a pagar por ser justos".
15 de agosto de 2010
PONTE TÚ EN SU LUGAR
Necesidad y desesperación. Sombras que se mueven con rapidez entre los camiones del puerto de Tánger. Sus ojos son los de un animal acorralado, penetrantes y a la vez esquivos. Siempre alerta para correr si hace falta. Tratan de burlar los controles policiales para camuflarse en los bajos de un camión. Oscuridad y silencio. No pueden fallar. El objetivo es claro; tocar suelo español. Tienen que ser más fuertes que el miedo, el peligro y el cansancio. Tienen que jugarse la vida. Tienen que intentarlo. La muerte pasando a cien por hora bajo sus narices es sólo el principio de su viaje. En el mejor de los casos, a su llegada se encuentran completamente solos, con su ropa manchada de grasa y marcas de heridas recientes. En un centro de menores, en un país desconocido y sin conocer el idioma. Si a eso se le añade el rechazo y la discriminación que a menudo sufren, el paraíso que tanto ansiaban se vuelve oscuro. Casi tanto como el drama que les ha tocado vivir sin apenas haber cumplido los 15 años, y que, irremediablemente, les marcará de por vida.
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Lamentable como tratamos a esta gente que lo único que busca es un refugio porque algo a hecho que no tengan la misma suerte que nosotros. Muy bueno el texto. Encantada de leerte. Un beso.
ResponderEliminarJo-der. Impresionante carlota.
ResponderEliminarfuaaaaaaaa...me has puesto la piel de gallina...
ResponderEliminarQué duro es de leer. No estoy ni a favor ni en contra de ellos, pero es que me intento poner en su lugar (aunque es imposible) y yo también lo intentaría. Lástima que el mundo esté tan mal repartido...
ResponderEliminarY luego tener que escuchar que en España se les da papeles a todos... claro, por eso muchos se ven obligados a esto.... :(
ResponderEliminarMagnífico, dulce, real, dramático, duro, doloroso... Todo al mismo tiempo!
ResponderEliminarCarlos Gómez Gil