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Y es que prefiere quedarse en la cama todo el día pensando en su vida a levantarse para pensar en la de otros. La vida es una noche tumbado en la playa, mirando las estrellas sin verlas, soñando despierto, dejando la arena se cuele entre los dedos de sus pies, embriagado de todo, y la noche, siempre noche. Nunca a la luz del sol. La noche es mágica. La hace vivir, no pensar. La pone en movimiento. Rompe sus esquemas. La mañana le sabe a dolor de cabeza. Le recuerda que es mortal. Le recuerda que es normal. La noche la hace única. Sólo hay un inconveniente: de noche todo es mentira. Y ella lo sabe. Lleva demasiado tiempo siendo la más lista de la clase.