"Sois muy pesadas con el feminismo", dicen los que aún no saben lo que les queda por aguantar. "Me aburre ya todo esto del feminismo". Lo que, sorprendentemente, no parece aburrirles es ver cómo cada semana varias mujeres son asesinadas por sus (ex) parejas. Tampoco les aburre ver culos y tetas por todas partes; en publicidad, videoclips, programas de televisión... Especialmente cuando ni siquiera vienen a cuento. Tampoco les molesta ver anuncios, en los que se ofrecen servicios sexuales de chicas, ocupando varias páginas en la parte final de cualquier periódico. Tampoco les apena comprobar que diariamente, durante años, la última cara de un diario deportivo sea una chica desnuda. Tampoco les llama la atención que, mientras ellos salen de fiesta con abrigo, ellas lo hagan sin medias. Tampoco les irrita leer noticias sobre ablaciones de clítoris, violaciones múltiples, matrimonios forzados, niñas vendidas a terroristas como esclavas sexuales, mujeres sin derecho a voto, leyes medievales aplicadas contra mujeres... Eso no les irrita. Tampoco les agota saber que en España se produce, oficialmente, una violación cada ocho horas. Tampoco les indigna ver a mujeres sin ropa sujetando un paraguas a un motorista que, aparentemente, tiene manos.
Tampoco les incomoda saber que sus hijas, sus hermanas, sus amigas... se sienten intranquilas al volver solas de noche a casa, al ser acosadas por la calle o al tener que justificar comportamientos que sólo parecen corresponderles a los hombres. Con ellos no va la cosa. Tampoco les sorprende que el "Día de la Madre" el regalo estrella sea una plancha o una aspiradora. Ni que los catálogos recomienden para sus niñas trajes de princesa, bebés que se cagan y utensilios de cocina. Tampoco les molesta que el baño público para cambiar los pañales sea, tradicionalmente, el de mujeres. No han visto nunca el cartel. Y si lo han visto, no se acuerdan. Tampoco les hace reflexionar el hecho de que la mayoría de personas que sufren trastornos alimenticios sean chicas; para ellos es sólo fruto de la casualidad, no de la presión social a la que somos sometidas. Tampoco les inquietan los testimonios de aquellas mujeres que, en su profesión, tienen que demostrar el doble para que se les respete la mitad. Sólo son paranoias. Tampoco les aburre formar parte de páginas web en las que frases como "El no ya lo tengo; ahora voy a por la orden de alojamiento", "Hoy follo, mañana juicio" ó "Si se esconde para mear, ya vale para follar" son el pan de cada día. Ese pan del que todos comen.
Nada. No les aburre nada. Sólo les aburres tú, diciendo que quieres que se te trate con respeto y dignidad. Pesada. Que eres muy pesada, colega.
Tampoco les incomoda saber que sus hijas, sus hermanas, sus amigas... se sienten intranquilas al volver solas de noche a casa, al ser acosadas por la calle o al tener que justificar comportamientos que sólo parecen corresponderles a los hombres. Con ellos no va la cosa. Tampoco les sorprende que el "Día de la Madre" el regalo estrella sea una plancha o una aspiradora. Ni que los catálogos recomienden para sus niñas trajes de princesa, bebés que se cagan y utensilios de cocina. Tampoco les molesta que el baño público para cambiar los pañales sea, tradicionalmente, el de mujeres. No han visto nunca el cartel. Y si lo han visto, no se acuerdan. Tampoco les hace reflexionar el hecho de que la mayoría de personas que sufren trastornos alimenticios sean chicas; para ellos es sólo fruto de la casualidad, no de la presión social a la que somos sometidas. Tampoco les inquietan los testimonios de aquellas mujeres que, en su profesión, tienen que demostrar el doble para que se les respete la mitad. Sólo son paranoias. Tampoco les aburre formar parte de páginas web en las que frases como "El no ya lo tengo; ahora voy a por la orden de alojamiento", "Hoy follo, mañana juicio" ó "Si se esconde para mear, ya vale para follar" son el pan de cada día. Ese pan del que todos comen.
Nada. No les aburre nada. Sólo les aburres tú, diciendo que quieres que se te trate con respeto y dignidad. Pesada. Que eres muy pesada, colega.
Pues a mi si que me importa, ya estoy harto de comentarios machistas en el trabajo, de videos ofensivos y chistes machistas en los grupos de wathsapp, de tener que estar en vilo cuando mi hija adolescente sale y los padres de los que tienen chicos están tan tranquilos, de entrar a una tienda de zapatos y ver el cartel de una mujer con escotazo a la que ni siquiera se le ven los pies,(es lo de menos, claro). A mi si me importa. Hace unas semanas mientras iba en el autobús oyendo la radio y escuchaba la declaración de Conchi en el juzgado tras quedarse parapléjica por intentar salvar su vida no podía dejar de llorar, había visto las imágenes en las noticias pero oirla me impactó muchísimo más.
ResponderEliminarA mi si me importa y hace tiempo que estoy harto, harto de machos alfa, de Ristos, de Revertes, de Bertines y de Motos, HARTO! Basta ya!
Mucha fuerza y por favor, no dejéis de ser "pesadas".
Un abrazo.
Reconforta tu comentario. El día que haya una mayoría pensando como tú y lo haga públicamente, se acabará el feminismo.
EliminarLos hombres también podéis ser pesados,ser feminista no es exclusivo del sexo femenino 😉❤❤❤
EliminarEres un ejemplo a seguir. Gracias por unirte a nuestra lucha
EliminarBien, estás harto, pero eso solo no basta. Hay que actuar, en las pequeñas cosas que vas encontrando cada día que dices que te molestan. Tenemos que revelarnos todos, no sólo el que lo sufre....no sólo es trabajo de la mujer defenderse de todo esto que nos rodea...
EliminarMe encanta ver hombres feministas. Sois tan necesarios...Recuerdo que, como tú, mi corazón se encogió al escuchar ese testimonio. Lloré. Amargamente. Por lo que puede ser y no es por tanta gente egoísta y abyecta, que blande el feminazismo a las primeras de cambio. Un abrazo y mi admiración.
Eliminarlo comparto...gracias por poner en palabras lo que pienso.
ResponderEliminarMuy bueno, gracias
ResponderEliminarYo soy muy pesada y algunos alfa insisten en que sea además una cretina media mujer media una perra...que también mola . Gracias mil
ResponderEliminarEs muy bueno, me encantaría poder defender así mi frustración con las personas que todo lo relativizan cuando sale este tema y expongo lo que pienso. Mi marido hace unos meses abandonó un chat en el que le habían incluido para compartir fotos y vídeos totalmente denigrantes de mujeres. Lo hizo de forma muy consciente y mandando un mensaje...os quiero amigos pero este tipo de contenido me resulta aberrante.
ResponderEliminarEsto es cosa de hombres y mujeres.
Ánimo a todos los hombres que lo ven!!!
Medias verdades son mentiras!
ResponderEliminarA mi me parece muy triste ver que la tecnologia avanza pero las mentes se atrasan, mientras uno pasea con su movil de ultima generacion y su tele de tropecientas pulgadas, el contenido es el mismo de hace 30 años, anuncios de detergentes siempre mujeres, quioscos llenos de revistas porno(para hombres). Grupos donde los hombres sacan a relucir sus peores frases y palabras como "la parienta" o mierdas así. hombres mirando indiscriminadamente a chicas que podrian ser sus hijas o incluso nietas.
ResponderEliminarSoy hombre y me escandaliza, me repugna cualquier discriminacion sexual, racista o especista.
Por otra banda esto esta teniendo efectos contraproducentes como por ejemplo mujeres que se cierran totalmente y mas alla de la precaucion ni tan solo se abren a ningun hombre juzgandolo como "otro mas"
Espero que las mujeres sigais viendo que no todos somos así, necesitamos estar unidos en esto.
Un abrazo
Estoy de acuerdo con respetar y hacer respetar a todas las mujeres del mundo!!!
ResponderEliminarFui sometida a abusos sexuales entre los 8 y 9 años por un maestro, crecí sin decir nada y no deje de ver la cara de ese hombre hasta que fui al instituto, lo que me queda son esas personas que dicen en voz alta que somos seres iguales y que hay mucho que cambiar
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