Gente que se cruza en tu camino en el momento y en el lugar más inesperado. Gente con la que conectas desde el primer segundo. Gente con la que poder hablar de todo. Gente con la que compartir valores, ideas, sueños y formas de ver la vida. Gente con la que sabes que siempre puedes contar. Gente con la que reencontrarte una y mil veces. Gente con la que poder ser uno mismo. Gente humilde con personalidad e iniciativa. Gente legal, que vibra y pone el corazón en lo que hace. Gente que te hace la vida más fácil. Gente que da siempre soluciones, no problemas. Gente con la que nunca miras el reloj. Gente con la que recordar historias pasadas y organizar planes nuevos. Gente que siempre te lía. Gente con la que tener tantas cosas en común. Gente que parece que conoces desde siempre. Gente que te trata, te valora y te respeta más que nadie. Gente que te inspira demasiada confianza. Gente que te da sin esperar nada a cambio. Gente que te contagia su energía. Gente con la que no da miedo comprometerse a nada. Gente que razona con el corazón. Gente que apareció de repente. Y apareció para quedarse. Esta... esta es la gente que me da la vida.
"En la vida hay que decir y hacer lo justo, y si haciéndolo nos quedamos solos, es el precio a pagar por ser justos".
23 de noviembre de 2012
21 de noviembre de 2012
12 de noviembre de 2012
LA OTRA CARA DE LONDRES
Ella es Nora, una mujer tunecina que lleva más de 30 años
fuera de su país buscándose la vida. Ha pasado por Argelia, Francia, Catar,
España, Egipto… y tantos otros países. Los últimos años ha estado aquí, en
Londres, con su pequeña tienda de comida al lado de mi casa. Gracias a ella he podido comer caliente muchos días y con sus
recetas, sus charlas mañaneras, sus productos y sus buenos deseos ha hecho que
en estos casi tres meses no me haya sentido tan lejos de Marruecos. Vivir en
Inglaterra no es fácil, y encontrarte con gente que cada día te pregunta qué
tal estás, cómo está tu familia y tu gente, y que se interesa por tus cosas… siempre
se agradece.
Pero ahora las cosas van muy mal y pronto va a tener que
dejar su tienda, porque con lo que gana no es suficiente para pagar el
alquiler, las facturas, el transporte y todo lo que vivir en una ciudad como
esta conlleva. Es imposible ahorrar aquí
y en el momento en el que te quedas sin trabajo estás muerto. Esta mañana,
cuando he ido a comprar y a charlar con ella como muchos días, ha venido el dueño a meter
presión, a pedir lo que es suyo, lo que Nora no le puede dar. No business, no business. Y en cuestión de
días su tienda cerrará, para siempre.
No sabe qué va a hacer, tiene la sensación de haber perdido
mucho tiempo de su vida para nada. Trabajando más de 12 horas cada día
para pagar una casa y comer. Y eso no es manera de vivir. Su mayor deseo es
volver a su país, con su gente, su idioma, su clima, su comida… Volver a un
país en el que pueda vivir el Islam como ella cree que debe hacerlo y donde pueda
disfrutar un poquito más de la vida. Pero no tiene suficiente dinero para comprar tan deseado billete de ida.
No perderemos el contacto porque intentaremos saber siempre
la una de la otra y sé que muy pronto nos volveremos a ver, quizá en torno a
una mesa con harira, dátiles, zumo de frutas y alguno de esos platos típicos que
intentaba hacerme aprender a cocinar. Ha vivido muchas cosas y sabiendo lo que
sabe de mi vida me ha dicho que no pierda el tiempo, que aprenda todo lo que
pueda, que conozca gente que me haga feliz, que olvide todo lo que no necesito,
que ahorre siempre que sea posible, que nunca piense en dinero antes que en todo lo
demás y que vaya donde vaya me desea lo mejor. Inch’allah, Nora. INCH'ALLAH!
9 de noviembre de 2012
NO CONFUNDAS EL OBJETIVO CON LOS MEDIOS
Tienes que creer en ti mismo para ser capaz de cambiar su juego. Tenemos que
ser fuertes para hacer frente a las mentiras de los que nos condenan
injustamente. Si nos escapamos por las ventanas es porque ya nos han cerrado
todas las puertas. Nos ahogamos, nos falta el aire... Queremos salir de esta
jaula. Ya que estamos vivos lo vamos a intentar. Rechazamos las barreras, Babilonia crea malos
hábitos y maneras de pensar que quitan el aliento. Adoctrinados para sentarnos
y aceptar un mundo que no hemos elegido. Mientras vivamos vamos a ser nosotros
mismos, dignos representantes de nuestros sueños. Cree en todo lo que alimenta
tu alma, la fe estará siempre de tu lado. Levanta la cabeza, aunque sea
difícil. Siéntete realizado y date cuenta de que la luz es quien hace a la
sombra. Y la luz nunca se extingue… - Keny Arkana
8 de noviembre de 2012
VIVIR EN LONDRES ES PSICOLÓGICO
¿A dónde? A Londres, sin duda. Una
ciudad como esta es capaz de darte lo que buscas, a cambio de quitarte todo lo demás. Una ciudad que engancha, con todas sus cosas buenas y sus cosas malas.
Y si al no comer caliente le sumas que nadie, por muy inteligente que pueda parecer, utiliza persianas… no hay español que sea completamente feliz aquí. ¿Qué locura es esa de despertarse cuando amanece? Pero bueno, si eso nos sirve también para valorar un poquito más todo lo nuestro, bienvenido sea.
Es una ciudad bonita, siempre. Y más aún ahora en otoño.
Aunque los días suelen ser grises, hay colores por todas partes. En los
parques, en las calles, en los autobuses, en las casas, en la gente, en las
tiendas… Vivir en una ciudad tan dinámica hace que te sientas vivo, aunque cada
día, sin que te des cuenta, va matándote un poquito.
En un lugar como este nunca llegas a sentirte completamente
extranjero. Escuchar mil y una lenguas diariamente y no sentir que eres de fuera es brutal. Londres no es de nadie y es más fácil encontrar inmigrantes que
locales. Y eso siempre es una suerte. (Ya está, ya lo he dicho). Cruzarte cada día con tantísimas personas
que están o han estado en tu misma situación hace que todo sea un poquito más
fácil.
Aquí se respira libertad por todas partes. Londres es enorme y puedes perderte sin encontrarte con nadie, puedes vestir como te dé la gana sin que nadie te mire... Ciudades españolas como Barcelona o Madrid son multiculturales y cosmopolitas,
pero en Londres vas a una tienda y te atiende una mujer musulmana vestida de negro a la que sólo se le ven los ojos, una yankee rubia con un escote hasta el ombligo, un pakistaní
con el turbante o una señora que a tu juicio ya debería estar más que jubilada.
Pero esto es Londres, hay sitio para todos y a nadie le sorprende nada. Esto es ser multiracial, lo demás es todo apariencia.
El gran ‘pero’ es que los ingleses hablan inglés, aunque yo siempre lo he visto
más como un reto que como una barrera. Me encanta este idioma y
aprenderlo in situ es una grandísima
oportunidad. Pero no es sencillo... Da igual cuántos viajes de 3 semanas a Irlanda
hayas hecho, cuántas series hayas visto subtituladas o cuántas clases
particulares hayas dado. Vienes a vivir aquí con un nivel supuestamente alto y
cuando ves el percal lo más elaborado que se te ocurre decir es ‘What?’. Es imposible
ser uno mismo en otro idioma y pobre de ti si intentas ser irónico...
Tengo la inmensa suerte de estar viviendo y disfrutando sólo de la cara buena
de Londres, ya que ni tengo que pagar un alquiler, ni tengo que estar pendiente
de las dichosas bills, ni tengo que comprar comida. Pero nunca hay que olvidar que trabajar y (sobre)vivir aquí es bastante más duro que en
cualquier otra ciudad, porque sin dinero no puedes ni poner un pie en la calle.
¿Lo peor de esta ciudad? Para mí, la comida, el clima y la
falta de persianas. ¿Sabes esa gente de ‘Españoles por el mundo’ que lleva años y años viviendo fuera y cuando les preguntan ‘¿Qué es lo que más echas de
menos?’ sólo se les ocurre decir, con una mezcla de nostalgia y resignación, 'la comida' ? Pues eso.
Y si al no comer caliente le sumas que nadie, por muy inteligente que pueda parecer, utiliza persianas… no hay español que sea completamente feliz aquí. ¿Qué locura es esa de despertarse cuando amanece? Pero bueno, si eso nos sirve también para valorar un poquito más todo lo nuestro, bienvenido sea.
En definitiva, Londres es la gran ciudad. Conocer gente de países que ni siquiera sabías que existían, poder ir al comprar a las 9 de la noche, nuevos planes cada día, imaginar la vida de la fauna que te vas encontrando, los mercados, poder viajar por el mundo sin moverte, la falta de monotonía, el contraste entre el silencio de los barrios y el ruido del centro, la variedad por todas partes, la sensación de que siempre hay algo que descubrir... Un lugar increíble, pero para vivir una
temporada cuando eres joven. Que sino corres el riesgo de acabar completamente
demenciado. Y eso… eso jo crec que no cal.
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