27 de marzo de 2012

NUESTRA PREFERIDA

Hoy es el turno de uno de nuestros platos preferidos, sin duda. La harira o ‘sopa del Ramadán’ como dicen algunos. Se consume durante todo el año, pero de una forma más especial en este mes sagrado para los musulmanes. Los fieles rompen su ayuno diariamente con la harira. A continuación toman batidos, zumos, leche, dulces e incluso algún pastel. Y después de un rato ya, para sorpresa de muchos, consumen el plato principal. (Ya os dije que, aunque parezca una ironía, en Ramadán hay muuuucha comida.)


La receta casera es bastante elaborada y lleva infinidad de ingredientes tales como lentejas, carne de ternera o cordero, cebolla, tomate, pimienta, aceite, garbanzos, especias varias... Así que lo mejor será viajar a Marruecos para disfrutar de una auténtica harira, como ‘las que hace una madre’.

Pero aquí en España existe una imitación que, a pesar de ser artificial, tiene un sabor que no te dejará indiferente en absoluto. Las comparaciones son odiosas pero para salir del paso en un momento dado puede valer. Es una sopa de sobre, de la marca Maggi, que también se vende en las tiendas de alimentación Halal. Viene en una caja anaranjada similar a esta.


Está fabricada en Marruecos y las instrucciones principales aparecen en francés y en árabe. Para los que dominamos ambos idiomas no hay ningún problema, pero para los de la LOGSE... ahí van algunas recomendaciones.

Dentro de la caja hay dos sobres que hay que utilizar a la vez. Ponemos el agua en una cazuela y echamos todo su contenido antes de que empiece a hervir. Hay que mezclarlo y llevarlo a ebullición, removiendo continuamente que si no se pega (acordaos de lo que os digo). Después se tapa y se deja cociendo unos 10 minutos a fuego lento según las instrucciones. Pero, para mi gusto, es mejor dejarlo casi 20 minutos, hasta que veamos que la sopa empieza a ‘espesar’ un poco. En ese momento, y para darle el gran toque, se le echan dos huevos sin cocer. Directamente a la cazuela. Sin cáscara, claro. (Que todo hay que decirlo).


En Marruecos se toma muy muy caliente, que para algo son africanos, y se sirve en un cuenco o un bol. Normalmente se sorbe, nada de cucharas. (Ya hablaré algún día de la grandísima diferencia entre comer con cubiertos y comer con las manos, como bien se hace allí.)

Tiene un sabor muy intenso, muy bueno, muy particular. No es una harira casera como Dios manda pero bueno... peores cosas os habréis llevado a la boca, pájaros.


¡Salud, familia!

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